Presento
en esta nueva crónica dedicada al Thermal Palace, la interesante programación
lúdica, cultural y benéfica, que desarrolló esta instalación a lo largo de su
relativamente corta vida. Comienzo por mostrar el hecho de que cada vez que
llegaba un buque con extranjeros a nuestra isla, era casi obligado
hacer una visita a este local del Puerto de la Cruz, donde eran obsequiados, generalmente por la
empresa organizadora del viaje, con un té en el Thermal Palace y casi siempre
con una función nocturna en este mismo local.
También es interesante resaltar como
la inauguración del Thermal Palace desplazó la costumbre de los años 1910 a 1912, en
los cuales la cabalgata del Coso de Carnaval partía del Hotel Taoro, recorriendo
las calles en las que estaban la mayor parte de los hotel importantes tales
como, Martiánez en la calle Valois y Monopol y Marquesa en la calle de Quintana, para llegar
finalmente a la Plaza del Charco. Con la inauguración del Thermal Palace en 1912, la cabalgata de carnaval del año 1913 comenzó a salir de la Playa de
Martiánez, justo frente al edificio de los Hermanos Wildpret. Finalmente,
reseñaré como los diferentes tipos de actos de alguna relevancia empezaron a
celebrarse en el Thermal Palace, tal como ocurrió con los bailes de fin de año,
por poner un ejemplo.
Bailes en el Thermal Palace
Fue
relativamente frecuente que cuando llegaba un barco extranjero con numerosos turistas a
nuestro pueblo, fueran obsequiados con una fiesta de bienvenida en un
establecimiento portuense, y en su corta existencia existen muchos ejemplos
de esta índole en el Thermal Palace. Así, en julio de 1912, en obsequio a los
turistas del vapor Andorinha de la compañía Yeoward Line [1], que como es bien
sabido tenía oficinas comerciales importantes en nuestro pueblo, se ofreció en
el Thermal Palace un animadísimo baile, amenizado por un Sexteto de la capital
[2].
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Oficinas de la Yeoward Line, en el muelle portuense, con su bandera
distintiva. Autor anónimo
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Vapor Andorinha, de la empresa Yeoward Line. Foto cedida por MMM-Ball
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En
septiembre del mismo año 1912, se obsequió con un té servido en el Petit Park, un pequeño recinto con mesas
situado a la sombra de los tarajales del Thermal Palace, a los 80 turistas que
llegaron en el vapor Mantua traídos por la agencia Cok’s, acto que estuvo
amenizado por la Banda de Música del Puerto de la Cruz, dirigida por el maestro
Luis Sánchez [3].
Anuncio del vapor Mantua, hecho por la compañía Hamilton en el periódico La Opinión
Por
la noche, los turistas fueron obsequiados con un animado baile en el salón teatro del mismo Thermal
Palace, y así, a las nueve, concurrieron de nuevo al salón de
fiestas donde había ya bastante público, ejecutando el maestro Enrique Torres algunas
piezas en el piano. Seguidamente, en el cinematógrafo, se ofrecieron varias
películas mudas, amenizadas por la música del mencionado maestro.
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Tejados del Thermal
Palace y cauce del Barranco de Martiánez. Autor anónimo
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Esa
misma noche se corrió la cortina de
teatro y apareció la sugestiva decoración del decorado, obra del pintor D.
Francisco Bonnín Guerín (1874-1963), que el público recibió con destacados aplausos [4].
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Francisco Bonnín Guerín (1874-1963). Autor anónimo
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La
decoración representaba, “la
calle de El Agua de La Orotava en el fondo y a la derecha, el capricho de una
casa con una enredadera adherida a la esquina y la reja, de hojas y flores que
parecían naturales. A la izquierda un gran portalón del Martiánez de este
Puerto y una antigua casa, con puerta, ventana y escalera al exterior de la
Villa de Icod”.
Ese mismo día se
inauguró el alumbrado eléctrico de los paseos limítrofes al Thermal Palace,
siendo el alumbrado instalado por los Sres. Wildpret, propietarios del
establecimiento. Esto representa una considerable mejora, pues ya se puede transitar
con buena luz desde el Hotel Martiánez y la Ermita de San Telmo, hasta la Playa
de Martiánez. [5]
En la noche del lunes (3-II-1913),
antes del gran baile de máscaras organizado por el Comité de Turismo que se
celebró en salón de fiestas del Thermal Palace, se puso en escena por la compañía
Comendador Montenegro la comedia en dos actos del insigne Jacinto Benavente Martínez (1866-1954) “Los intereses creados”. Por la noche
hubo un lucidísimo baile en el salón del Thermal Palace que estuvo muy
concurrido, calculándose en más de 300 personas las que asistieron y
prácticamente ocuparon totalmente el aforo del salón teatro del recinto.
Desde
los primeros días de febrero de 1914 empezaron los preparativos para el gran
baile de carnaval que se iba a celebrar en el salón teatro del Thermal Palace, en
cooperación con las sociedades recreativas y culturales del centro del Puerto
de la Cruz, es decir, el Casino, Nueva Unión e Iriarte. Estaba previsto que se
rifasen valiosos objetos artísticos entre las señoras y señoritas concurrentes
al baile, que también fueron obsequiadas por la comisión organizadora con un
delicado y fino refresco. Si bien no era obligatorio el uso de disfraz para los
caballeros, la comisión acordó conceder un premio a aquel caballero que
presentase un disfraz lo suficiente original como para merecerlo. Merece
destacarse que para las señoritas la entrada era gratuita y para los caballeros
el coste era de dos pesetas [6].
El
corresponsal del periódico La Prensa en el Puerto de la Cruz, D. Vicente
Cartaya Cairós, remitió al periódico la crónica del gran baile afirmando:”El gran baile de máscaras celebrado anoche [martes
24-II-1914] atrajo muchísima concurrencia.
Los salones, completamente llenos, presentaban sorprendente golpe de vista, no
decayendo la animación un solo momento hasta las primeras horas de la mañana de
hoy. Muchísimas extranjeras lucían caprichosos disfraces y hubo un gran
derroche de serpentinas, confetis y flores. Se sirvió un refresco a las
máscaras, abundante y bien servido, y el servicio de comedor estuvo esmerado y
con bonita presentación. En conjunto puede decirse que la fiesta resultó
completa y brillantísima, haciendo honor a la comisión organizadora y a los
propietarios del Thermal Palace” [7].
Como se aprecia de la lectura de la reseña
periodística, el baile de máscaras de 1914 estuvo muy concurrido y
probablemente ello se debió a la unión de las tres sociedades culturales de
nuestro pueblo, que habitualmente celebraban sus bailes de carnaval
separadamente en sus propios locales, y el hecho de hacerlo conjuntamente, propició la asistencia de los respectivos socios, además de las personas que
sin pertenecer a estas sociedades asistieron.
Los
Carnavales y el Thermal Palace
Una vez puesto en marcha en 1912, el Thermal Palace
se constituyó por derecho propio en el punto de referencia del mundo del
espectáculo del Valle de la Orotava, y esto llegó hasta las fiestas de
Carnaval, que alcanzaron gran esplendor en nuestro pueblo, durante los años
1910 hasta 1913.
A
partir de 1912, el lugar de partida del Gran Coso de Carnaval fue evidentemente
el Thermal Palace y ello congregaba además de la comitiva participante en el
Coso, a un gran número de curiosos espectadores que querían seguir las evoluciones
de las carrozas desde las cómodas instalaciones del Thermal Palace. Además, el
trayecto del Coso incluía el paso por delante de los Hoteles Martiánez, Monopol
y Marquesa, hasta llegar a la Plaza del Charco, punto álgido del carnaval
portuense.
Es
interesante constatar, que la inauguración del Thermal Palace provocó un cambio
en los hábitos de la comitiva carnavalesca, que durante los años 1910, 1911 y
1912, solían salir desde el parque del Hotel Taoro, para que los clientes de
este hotel, pudiesen disfrutar cómodamente del espectáculo.
Para dar mayor brillantez a los carnavales del
año 1913, en la tarde del domingo 2 de febrero, debutó en el salón teatro del
Thermal Palace, que ya estaba funcionando a todo ritmo, la compañía
cómico-dramática Comendador Montenegro, que presentó la comedia de Manuel
Linares Rivas titulada “La Raza”. Esa
misma noche, pusieron en escena la comedia dramática en tres actos de Berstein
titulada “El Ladrón”.
En 1913 los carnavales se celebraron los días uno, dos y tres de febrero, comenzando el sábado, uno de febrero, con una carrera de
sortijas celebrada frente al Thermal Palace, que fue organizada por un comité
local, encargado de animar la vida social portuense, llamado La Risa, al que
dedicaré unos comentarios más adelante. Las cintas fueron donadas por diferentes
señoritas de la localidad y la sortija fue amenizada por la Banda Municipal del
Puerto de la Cruz. Asimismo, esa noche se celebraron los bailes de vísperas en
las sociedades La Nueva Unión y Círculo de Iriarte, siendo este último
amenizado de ocho a diez de la noche por la Banda Municipal.
Otro cambio significativo introducido este año
de 1913 en el carnaval portuense, fue la celebración del gran baile que
tradicionalmente seguía al desfile del lunes en los salones del Thermal Palace,
en lugar de hacerlo como era costumbre, en el Hotel Taoro. A cambio de esto, en
el citado hotel se celebró la noche del domingo de Piñata, ocho de febrero, un
gran baile de etiqueta, en el que se siguió jugando la suerte del anillo de oro
iniciada el año anterior, que consistía en otorgar un anillo de oro con la
fecha grabada a la dama que a ciegas rompiese la piñata que pendía del techo del salón.
Doy
a continuación un extracto de la reseña publicada por el periódico local El
Teide para el carnaval de 1913: “desde las
primeras horas de la mañana del lunes 3 de febrero las calles y plazas de la
ciudad estaban intransitables, convertidas en un mar de gentes esperando que
llegase el momento en que empezase el gran Coso, con sus lucidas carrozas”
[8].
"El
concurso de carrozas del lunes que partió del Thermal Palace estuvo brillantísimo,
pues concurrieron buen número de carrozas, coches y automóviles engalanados en
un coso multitudinario, que fue presencia por más de 800o personas. Destacaron
varias carrozas, entre ellas una elaborada por el Casino del Puerto de la Cruz, con diseño de Marcos Baeza Carrillo titulada “La caza del tigre”, que representaba una escena ambientada en la
lejana y exótica India, simbolizando la lucha de un elefante y un tigre. En lo
alto de la carroza iban las encantadoras señoritas Candelaria Baeza y María
Isabel González, con traje de turistas, acompañadas de un intérprete con traje
hindú, que era el niño Tomás Bartlett".
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Coso de Carnaval de 1913, delante del Thermal Palace. Foto Marcos Baeza
Carrillo. Coloreada por Rafael Afonso Carrillo |
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Carroza “La caza del tigre” diseñada por Marcos Baeza Carrillo. Foto M.
Baeza Carrillo
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Después
del coso y de la sortija, se entabló la clásica batalla de flores, serpentinas y huevos taco, alrededor de la Plaza del Charco. En las anteriores fotografías se muestran, en
la primera el comienzo de la cabalgata por fuera del Thermal Palace y en la segunda, la carroza que representaba la "Lucha de un tigre y un elefante" que como ya comenté fue diseñada por Marcos Baeza Carrillo. Ambas
fotografías están tomadas en los alrededores del Thermal Palace y en la segunda, puede verse la gran cantidad de gente que estaba asomada a la balconada
superior del Thermal Palace, así como a la terraza inferior.
En
la siguiente fotografía puede verse a un joven Marcos Baeza Carrillo (el
primero por la izquierda sentado), rodeado de un grupo de compañeros, durante
la época de sus estudios de arte en la capital del reino, Madrid [9].
Como colofón de este apartado, diré que la
carroza “La lucha de un tigre y un elefante“, que
se muestra en esta crónica, obtuvo el segundo premio dotado con doscientas pesetas y
que además, este fue el último Gran Coso de la primera década del siglo XX que
vivió nuestro pueblo, pues desde 1914 hasta 1925 no volvió la costumbre de
llevar a cabo un gran desfile carnavalesco, lo que fue provocado por el
comienzo de la Primera Guerra Mundial, en la que Alemania e Inglaterra fueron
enemigos irreconciliables.
En febrero de 1914 apareció la siguiente
información en el periódico La Prensa:”siguen
haciéndose grandes preparativos para el gran
baile de máscaras que se celebrará la noche del lunes en el amplio salón
de fiestas del Thermal Palace con la cooperación de todos los casinos y sociedades
del Puerto de la Cruz. El repetido baile será un gran acontecimiento,
esperándose que dicho gran festival resultará brillantísimo” [10].
Es
sintomático de la enorme desconfianza que latía entre los miembros de la
colonia extranjera de nuestro pueblo, fundamentalmente inglesa y alemana del
Puerto de la Cruz, el anuncio que apareció en La Prensa, comunicando que en el
carnaval de La Orotava de 1914 participaría una carroza de la colonia
extranjera, hecho que rompía la tradición de los cuatro años anteriores (1910-1913), en que tanto la
colonia inglesa como alemana participaban juntas en el carnaval portuense, construyendo cada una de ellas una carroza. Probablemente, esto fuera debido al
clima prebélico que se vivía en Europa y muy particularmente ente Alemania e
Inglaterra.
Me parece asimismo muy significativo que entre
los miembros de los diferentes jurados
del carnaval orotavense, aparezca el nombre de D. Antonio Márquez, que por ese
tiempo seguía siendo Presidente del Comité de Turismo, que se había encargado con
gran éxito de la organización de los carnavales portuenses de 1910 hasta 1913,
contando con la colaboración de la colonia extranjera, particularmente las
colonias alemanas e inglesas residentes en nuestro pueblo.
El
estallido de la segunda guerra mundial en la que figuraban como enemigos
Alemania e Inglaterra, sumió al continente europeo en una gran crisis y España
aunque no fue beligerante en esta guerra, también sufrió claramente sus
consecuencias. Canarias, cuyos suministros externos y sus exportaciones
dependían completamente de la vía marítima, pasó por una enorme crisis económica,
que afectó duramente a la población trabajadora, ya que las exportaciones casi
quedaron completamente suprimidas y ello
provocó un considerable paro, con su secuela de pobreza entre la clases humildes, llegando incluso la crisis económica a las clases altas, cuyos
negocios y con ellos sus ingresos y sus gastos, se resintieron fuertemente.
Nuestro
pueblo, que tenía como principales exportaciones los productos agrícolas y muy
principalmente el plátano, se vio sumido en una profunda depresión económica y
con ella los negocios, incluido por supuesto el Thermal Palace, una lujosa
instalación cuyos delicados manjares y bebidas, provenían esencialmente de
importaciones hechas desde Europa, que en el periodo bélico quedaron
prácticamente interrumpidas por la inseguridad marítima provocada por la primera guerra mundial.
El
carnaval portuense se volvió a ver relegado a las fiestas en las sociedades y
casinos, y no volvió a tener grandes cosos hasta 1925, es decir, una docena de
años después.
Actos
benéficos: las Kermesses o Kermés
Continuando con la relación del numeroso grupo de actividades
realizadas por el Thermal Palace durante su periodo emergente, citaré la
realización en sus instalaciones de las llamadas kermeses o kermés, voz
francesa usada para designar las fiestas que se celebraban al aire libre, veces
con bailes y feria y muchas de ellas con carácter benéfico. Una de estas
kermés que fue organizada por el Comité de Turismo y se celebró el domingo diecisiete de noviembre de 1912, se efectuó bajo los tarajales del Petit Park, frente al edificio central del Thermal Palace
[11].
El
programa de esta kermés organizada a beneficio de los hospitales del Puerto de
la Cruz y de La Orotava fue el siguiente: A la tres de la tarde apertura de la
kermés con actuación de la Banda Municipal, dirigida por el maestro Luis Sánchez;
a las cuatro, té servido a en las instalaciones del Thermal Palace y a las cuatro y medio, tanda de juegos infantiles tipo sport.
A
las cinco de la tarde se efectuó una función cinematográfica en el Thermal Palace, también a
beneficio de los citados hospitales y para facilitar la mayor asistencia de
público, hubo un servicio directo de omnibús desde La Orotava hasta el Puerto
de la Cruz, cada hora, desde las doce del mediodía hasta las cinco de la tarde, así
como también el regreso, estando el servicio útil desde las 6 de la tarde hasta
las diez de la noche. El coste del servicio de ida y vuelta era de dos pesetas y media para el
viaje de ida y vuelta.
La
recaudación de la kermés ascendió en bruto a 688,50 pesetas, por la venta de
flores, objetos, etc., así como por las cien tazas de té servidas a los
asistentes, obteniéndose además 71 pesetas, fruto de la venta de entradas para el cinematógrafo. Se recaudaron un total de 859, 25 pesetas, ascendiendo los
gastos a 108,00 pesetas, que se reparten entre 50 pesetas por la actuación de la
Banda Municipal, cincuenta pesetas por el coste de los tés servidos y ocho pesetas por el coste de la elaboración de quinientas programas. El
beneficio neto ascendió a 751, 25 pesetas, que se repartieron a partes iguales
entre los Hospitales del Puerto de la Cruz y de la vecina La Orotava.
Me
parece muy importante destacar que, para la realización de esta función benéfica,
los Hermanos Wildpret cedieron gratuitamente los salones del Thermal Palace,
así como también corrieron a su cargo los costes la luz y del personal de
servicio, en tanto que D. Ramón Baudet,
empresario santacrucero dedicado al mundo del espectáculo, cedió gratuitamente
las películas proyectadas en el cinematógrafo [11].
El
Comité La Risa
A
finales del 1912 surge en el Puerto de la Cruz, bajo los auspicios del Comité
de Turismo, que por entonces estaba dirigido por Antonio Márquez, una nueva
agrupación, cuyo fin principal era promover actividades lúdicas, la cual tomó por
nombre La Risa, claramente alusivo a
la finalidad última perseguida, que no era otra que la de proporcionar
diversión a los asistentes a los diferentes tipos de espectáculos que se
organizaban por entonces en nuestro pueblo.
Su
primera actuación conocida tuvo lugar en la noche de fin de año de 1912, en la
que este comité intervino activamente en la organización de un festival
celebrado en el Thermal Palace, destinado a efectuar con alegría y buen humor
la despedida del año 1912. El periódico El Teide se hizo eco de este festival
con la siguiente crónica: “Con numeroso y
selecto público, se verificó en la noche del 31 último, el festival organizado
por el Comité de Festejos llamado “La
Risa”. No recordamos espectáculo tan variado y divertido; sus organizadores
lograron que los concurrentes terminaran el año muertos de risa, como
vulgarmente se dice” [12].
Ofrezco
a continuación una pequeña muestra del humor de este grupo en los párrafos siguientes
alusivos a su participación en el citado festival: "La Señora de Torres, cantó con mucho gusto el brindis de la
zarzuela “La Viejecita” y el célebre Pandolffkoski, encarnado en el
notabilísimo artista cómico el Dr. Sievert [13], provocó en el auditorio una
explosión de risa. El notable violinista Max-Stock, tocó con verdadero amor y
exquisito gusto; este gran actor nos encantó verdaderamente".
Los
componentes del grupo La Risa, pusieron un telón con diversos anuncios que
provocaron un disloque de risa, pues cada uno de ellos era un derroche de gracia y
picardía. Con perfecto acento francés y chistosamente caracterizado, el ya
citado Dr. Sievert interpretó un personaje, cuyo solo nombre ya era indicativo
de la índole de su intervención, puesto que se llamaba que “Mister Cauchond”, un juego de palabras con el término español “cachondo” escrito en francés
macarrónico, que resultó en extremo gracioso y que en su diálogo con Sebastián
Castro Díaz, provocó carcajadas estrepitosas del público.
En
otra intervención, realizada en tono más serio, el mismo Dr. Sievert desempeñó
muy bien el monólogo de la obra “Un
cuento inmoral” del autor español Jacinto Benavente Martínez. A medianoche, el público se vio
gratamente sorprendido por el modo en que se anunció la entrada del año, pues
antes de la rituales campanadas de medianoche, tuvo lugar el canto de un gallo
fielmente imitado por Sebastián Castro Díaz y entre profusión de cohetes, sonoras
campanadas y música, se despidió el año.
La
despedida se hizo con un deslumbrante cuadro plástico ideado por D. Francisco
Bonnín Guerín, que consistía en un bien imitado risco cubierto de helechos y ñameras, sobre
el cual aparecieron varias figuras representando al Comercio, encarnado la esposa del Dr. Sievert, las Bellas Artes, por Dª Luisa Miranda, la señora de D.
Francisco Bonnín, las Ciencias por la señorita Francisca Reverón, la Industria, por la señorita Elvira Rodríguez, la Agricultura por la señorita Marciana Reverón y finalmente las Letras, encarnada por la señorita Carmen
Castro.
Este
humorístico festival organizado y protagonizado por los miembros del comité “La
Risa” constituyó un señalado éxito y una muestra de cuál iba a ser el tono de
las actuaciones del citado comité.
En
1913, el sábado de carnaval se realizó una espectacular carrera de sortijas
frente al Thermal Palace, organizada por este mismo comité La Risa, junto con diversos
actos que provocaron la sana diversión de los espectadores a la sortija.
La Zarzuela
La
zarzuela fue
el
llamado “género chico español” y en los años finales del siglo XIX y las primeras
décadas del siglo XX, conoció un importante auge en nuestro país, poniéndose en escena
numerosas obras algunas de las cuales han sido tan exitosas que han llegado
rodeadas de esa gran aureola hasta nuestros días, donde el género ya no tiene
la popularidad ni el vigor de su época gloriosa.
Yo recuerdo con agrado, ir a ver junto a mi
padre, un enamorado del género chico, numerosas zarzuelas que todavía se
representaban por los años 50-60 del pasado siglo XX por compañías peninsulares que
las representaban en el Teatro Topham con notable éxito de público. Volviendo
al hilo de la crónica, tengo que decir, que también actuaron numerosas compañías
de zarzuela y opereta en el Thermal Palace y para ilustrarlo, doy a continuación una breve reseña de las más
importantes.
Así, en noviembre de 1912, debutó en el Thermal Palace la compañía
de zarzuela que dirigían los señores Antonio Gamero y el tinerfeño Santiago Sabina. Fue
éste el estreno del nuevo salón de teatro del Thermal Palace, que tenía cabida
para quinientos espectadores y estaba iluminado por cincuenta y ocho lámparas eléctricas de veinticinco bujías cada una. La compañía viajó con todo su elenco de actores y
una buena orquesta y coros, ya que por aquel entonces, el recién inaugurado Thermal Palace, carecía de músico.
Siguiendo la crónica de los periódicos de la época, "se llenó
totalmente el aforo del local y la compañía presentó la opereta “El
Conde de Luxemburgo” de Franz Lehar, con arreglos de José Juan Cadenas. La
señora Benito cantó admirablemente la canción de Ángela y el dúo del segundo acto, junto con el barítono Sr. Bordás, en el papel del Conde.
Igualmente estuvo muy bien el dúo de los besos interpretado por la gentil Srta.
Roca en el papel de Julieta y el Sr. Monte en el de Armando. Este
dúo gustó tanto al público, que los cantantes tuvieron que repetirlo una
vez más" [14].
La
compañía tuvo un sonoro éxito y al concluir el tercer acto todos los actores, a
solicitud del público, salieron al escenario, donde fueron obsequiados con atronadores aplausos. Otra obra puesta en escena por esta misma compañía, fue la
opereta en tres actos y cuatro cuadros, “La viuda alegre”. También representaron dos zarzuelas cómicas,
concretamente “La Banda de Trompetas” y “El fresco de Goya”,
siendo este último un sainete humorístico de los Hermanos Arniches. El jueves la compañía
citada presentó la zarzuela “Los sobrinos del Capitán Grant” y la
opereta “Molinos de Viento” de Luis Pascual Frutos y del maestro Lima.
El viernes y el sábado se representaron las operetas “La casta Susana” y
“Caballería rusticana”, que fue cantada en español.
A la
semana siguiente, pusieron en escena “El rey del carbón o la princesa del
dólar”, traducida y adaptada por el director Gamero y se volvió a
representar “Molinos de viento”. Otras obras representadas fueron “Anita
la ruiseña”, un sainete cómico de los Hermanos Quintero y le siguieron, “Las
brasileñas”, “La Comedianta”, “El país de las hadas”, etc.,
entre otras, que no cito por no hacer más tedioso este relato.
En abril
de 1913 podemos citar la actuación de la compañía de zarzuela dirigida por la
tiple Lucía Osuna y el barítono cómico Antonio Cardoso, que pusieron en escena
la opereta “Chateau Margaux”, zarzuela en un acto del maestro Fernández
Caballero (1835-1906), a la que siguieron los entremeses “El Chiquillo” y “El
Contrabando”. En la segunda noche, las obras representadas fueron la
zarzuela “El puñao de rosas” de los maestros Carlos Arniches (1886-1943) y Ruperto Chapí (1851-1909) y el sainete “Noche de Reyes” también de Arniches. La compañía actuó
hasta el domingo trece de abril de 1913, y representaron obras como “José Juan”
de Dicenta, “La Alegría de la huerta” de Arniches y Federico Chueca (1846-1908), la opereta “La
viuda alegre” y la “La Reina mora”, entre otras [15].
Finalmente, en abril de 1914 la compañía de opereta y zarzuela de Emilio
Duval [16] actuó con señalado éxito en el Thermal Palace, poniendo en escena las
obras “Los cadetes de la reina”, “Musas latinas”, “Ninón”, “Molinos de viento”
y “El bueno de Guzmán” [17].
Sirvan
los ejemplos escogidos para hace ver que la zarzuela y la opereta, también
ocuparon un lugar importante en el salón teatro del Thermal Palace, donde tuvieron una gran
aceptación por parte del público del Valle de la Orotava.
[1] La
Yeoward Line fue una compañía inglesa que se estableció en Tenerife en la
últimas dedicadas del siglo XIX, que tuvo oficinas abiertas en el muelle del
Puerto de la Cruz y se dedicó fundamental al transporte de mercancías entre
Liverpool y Tenerife, con su flota de barcos todos con nombres de aves tale
como Avoceta, Alca, Andoriña, etc.. Asimismo, tuvieron fincas dedicadas al
cultivo de plátanos en diversas zonas del municipio.
[2] El Teide, 7-VIII-1912,
nº 405.
[3] Diario de Tenerife,
23-IX-1912, nº 7768.
[4] Francisco Bonnín Guerín (1864-1963) comenzó su formación
pictórica en Barcelona desde muy joven cuando sólo tenía 12 años. Ingresó en la
Academia Militar de Artillería, se licenció en 1905 como teniente y se integró
en la vida cultural tinerfeña. En 1910 casó con Dª Luisa Miranda Reverón, hija
del afamado maestro Benjamín J. Miranda y de esa unión nacería tres hijos,
Francisco (1911) que siguió los pasos de su padre, Antonio (1913) y Marciana
(1920), que casó con el portuense Oswaldo Reverón Pérez. Bonnín fue fundador
del Círculo de Bellas Artes y uno de los más destacados acuarelistas
tinerfeños. Para un biografía detallada véase “Francisco Bonnín, sentimental y
acuarelista. Alfonso Trujillo Rodríguez, Santa Cruz de Tenerife, 1974”. Una
reproducción de este libro está en Facebook, como perteneciente a la biblioteca
de Rafael Roca.
[5] El Teide, 18-IX-1912,
nº 417. Ídem, 21-IX-1912, nº 418.
[6] La Prensa, 8-II-1914,
nº 1113. Ídem, 19-II-1914, nº 1127.
[7] La Prensa, 24-II-1914, nº 1132.
[8] El Teide, 8-II-1913,
nº 440.
[9] Fotografía tomada del libro Marcos Baeza.
Carmelo Vega de la Rosa. Biblioteca de Artistas Canarios, Vice-consejería de
Cultura y Deportes, 1992.
[10] La Prensa,
6-II-2014, nº 1113.
[11] El Liberal, 14-XI-1912.
[12] El Teide, 3-I-1913, nº 420.
[13] José Sievert era médico del Puerto de la Cruz,
en la especialidad de cirugía y enfermedades de los ojos. Llegó a tener un
laboratorio de análisis clínicos, bastante moderno para la época, donde se hacían
análisis de sangre, orina, esputos, leche, tumores y toda clase de líquidos
patológicos. Una muestra del talante humano del citado doctor, era el siguiente
comentario, inserto en el anuncio publicitario publicado en el periódico La
Prensa que transcribo literalmente, “gratis para los pobres de solemnidad”.
[14] La Opinión, 18-11-1912, nº 6066.
[15] La Prensa, 15-IV-1913, nº 822. Diario de Tenerife, 21-IV-1913,
nº 8266.
[16] La Compañía de zarzuela de Emilio Duval tuvo al correr del tiempo un variado grupo de actores y actrices. En 191, la época más próxima a su actuación en el Thermal Palace de la que he encontrado noticias, estaba integrada por Arturo de Isaura, como maestro concertador, las actrices Blanca Suárez, Amalia de Isaura, Cándida Suárez, Ángela Figuerola y Dolores Ruiz, así como por los actores Valentín González, Arturo Súarez, Luis Antón y Antero Retes.
[17] La Prensa, 23-IV-1914, nº 1188.
[17] La Prensa, 23-IV-1914, nº 1188.
En este artículo aparece la foto del vapor Andorinha de 1920 y según dice fue cedida por MMM-Ball. Queríamos preguntar donde es posible conseguir más información de este barco, porque por esos azares de la vida el Andorinha terminó encallado en un lejano y muy pequeño puerto al sur de un también lejano y pequeño país llamado Chile, con un nombre distinto, el Viña del Mar, pero con la misma gallardía y belleza que conoció la tierra de ustedes, cuando navegaba en sus costas, hace tantos años. Encalló el año 1963 en una pequeña playa de pescadores y por muchos tiempo solo sabíamos que su nombre era el Viña del Mar. Por años sufrió el despojo y abandono, pese a que fue colocado suavemente por una ola que lo arrastró a la playa, sin daño aparente, ahí recostado, completo y hermoso y muriendo de apoco.
ResponderEliminarEstamos en una campaña en la Región de Aysen, donde pertenece el Puerto de Chacabuco, para salvar lo que queda de él y evitar que lo desmantelen o desguacen y con su fin, no quede ya más rastros de la bella época en que estos hermosos vapores navegaban por el mundo.
Es posible nos den mayor información del Andorinha para recalcar lo importante que es conservarlo y no sacarlo de su lugar y sepultura?
Visiten la página "Vive Aysen" ahí encontrarán las gestiones que estamos haciendo para lograr que las autoridades marítimas no lo desguacen.
De cualquier forma muchas gracias.