miércoles, 27 de julio de 2016

Actividades recreativas y deportivas del Thermal Palace

Narro de manera sucinta en esta nueva crónica, la larguísima relación de actividades recreativas y deportivas que llevó a cabo el Thermal Palace, dejando para una crónica posterior las culturales y las organizadas por otras instituciones con fines benéficos, pero que se desarrollaron en condiciones muy favorables en esta hermosa instalación. Lo hago simplemente, por no hacer demasiada larga y farragosa la lectura de estas dos últimas crónicas dedicadas a esta institución.
Comienzo, como es lógico por la inauguración del T. Palace que tuvo lugar un día de San Juan, un día señalado para ir tradicionalmente a la playa. Se me antoja que no fue casualidad el día elegido, porque la Playa de Martiánez fue el lugar escogido para la instalación del Thermal Palace, aunque hay que decir que aún no estaba total y definitivamente terminada su instalación. Luego comentaré el cinematógrafo del establecimiento, las peleas de gallos y terminaré con las sortijas.    La inauguración de las instalaciones
            El programa de festejos para la Fiesta de San Juan, fue elaborado por una Comisión [1] y todos los eventos previstos se desarrollaron como era costumbre en la Playa de Martiánez. Así, para el domingo 23, vísperas de San Juan, a las 12 de la mañana, se debía celebrar una gran luchada en la que tomarían parte afamados luchadores de Tacoronte, Tejina y La Esperanza, y por la tarde del mismo día se realizaría una cucaña.
    Para el lunes 24 de junio, día de la festividad de San Juan, el programa comenzaba a las 10 de la mañana, con una exhibición de tiro al  blanco efectuada por aficionados a este deporte. Más tarde, a las 13,00 horas,  estaba previsto  realizar una regata de botes con premios para los ganadores. Ya a las 4 de la tarde, se celebraría una carrera de sortija a caballo, estando las cintas en disputa  elaboradas y pintadas por señoritas del Valle de la Orotava, estando previsto un premio para el caballista ganador de la cucaña, es decir, para aquel que más cintas lograse tomar. Finalmente, a las 8 de la noche se celebraría una Gran Verbena en la Playa de Martiánez.
   El programa incluía una nota adicional en la se decía que la Comisión organizadora con objeto de allegar recursos económicos para el mayor lucimiento de los festejos, tenía previsto rifar un lujoso reloj de oro para señora, al precio de 25 céntimos el cupón. Estaba previsto, que el día 24, antes de que diera comienzo la sortija se verificaría la extracción del número ganador.
  Al final había una nota indicando que aquellas personas que deseasen ocupar sillas en las galerías del Thermal Palace para ver la sortija, podrían reservarlas con anticipación, bien en el mismo edificio del Thermal, bien en el Café Helvetia, bien en la librería de D. Vicente Cartaya Cairós, situada en los bajos de la llamada Casa Sindical, con entrada por la calle de San Juan, siendo el precio de las sillas 50 céntimos cada una.
Entrada a la librería de D. Vicente Cartaya, en San Juan, nº 2. Autor anónimo

    El programa de festejos para el día de San Juan, fue elaborado por una Comisión [1] y todos los eventos previstos se desarrollaron como era costumbre en la Playa de Martiánez. Así, para el domingo 23, vísperas de San Juan, a las 12 de la mañana, se debía celebrar una gran luchada en la que tomarían parte afamados luchadores de Tacoronte, Tejina y La Esperanza, y por la tarde del mismo día se realizaría una cucaña.
  Para el lunes 24 de junio, día de la festividad de San Juan el programa comenzaba a las 10 de la mañana, con una exhibición de tiro al  blanco efectuada por aficionados a este deporte. Más tarde, a las 13,00 horas,  estaba previsto  realizar una regata de botes con premios para los ganadores. Ya a las 4 de la tarde se celebraría una carrera de sortija a caballo, estando las cintas en disputa  elaboradas y pintadas por señoritas del Valle, estando previsto un premio para el caballista ganador de la cucaña, es decir, para aquel que más cintas lograse tomar. Finalmente, a las 8 de la noche se celebraría una Gran Verbena en la Playa de Martiánez.
El programa incluía una nota adicional en la se decía que la Comisión organizadora con objeto de allegar recursos económicos para el mayor lucimiento de los festejos, tenía previsto rifar un lujoso reloj de oro para señora, al precio de 25 céntimos el cupón. Estaba previsto, que el día 24, antes de que diera comienzo la sortija se verificaría la extracción del número ganador.
Al final había una nota indicando que aquellas personas que deseasen ocupar sillas en las galerías del Thermal Palace para ver la sortija, podrían reservarlas con anticipación bien el mismo edificio del Thermal, bien el Café Helvetia, que como mencioné en la crónica anterior, era propiedad de los Hermanos Wildpret y estaba situado en la esquina de las calle Iriarte y Blanco, al precio de 50 céntimos cada una, bien la en la librería de D. Vicente Cartaya Cairós, situada en los bajos de la llamada Casa Sindical, con entrada por la calle de San Juan.
La nota aclaraba asimismo que la inauguración del Thermal Palace era provisional, pues sólo estaban levantados dos pabellones a los que además les faltaban la pintura y el decorado del edificio. También se indicaba en el programa que a pesar de no estar totalmente terminada la instalación del edificio, los Hermanos Wildpret habían accedido a abrir el comedor y el restaurante, pues aunque no estaba concluido por completo el montaje de las cocinas, estaban dispuestos a prestar servicio, siempre que se les avisase con antelación para tener preparado un rico menú, que sería el avance de cómo se iba a atender a la cliente en esta nueva instalación. Finalmente, el programa indicaba que el Thermal Palace luciría una nueva y espléndida iluminación eléctrica las  noches de las fiestas, aunque por el momento también era provisional.
Transcribo parcialmente a continuación, un extenso artículo publicado en el periódico local El Teide [2], el día 26, relativo a la inauguración del Thermal, que tuvo lugar el 24 del mismo mes, es decir, un día de San Juan,
El articulista que firmó como Balmes, afirmaba “El Thermal no está aún terminado, le falta mucho, pero está presentado; tiene un frente de 90 metros, con una elegante escalinata a la entrada, dos galerías bajas y una alta en toda su extensión, vestíbulo,  y un salón teatro  con cabida para 400 personas”.  
Podemos hacernos una idea clara del exterior del edificio, con las siguientes imágenes, de las que la tercera es muy significativa, pues estimo que está sacada entre los años 1920-1925 desde el campanario de la torre de la Iglesia de Nuestra Señora de la Peña de Francia, cuando los Llanos de Martiánez de los Hermanos Fernández Perdigón ya se hallaban completamente cubiertos de platanera y el Thermal Palace estaba ya en su etapa de decadencia como lugar de ocio y entretenimiento.

La Playa de Martiánez y los tejados del Thermal Palace desde la torre de Nª Sª de la Peña de Francia. Autor anónimo. 1915-1920. Coloreada por Rafael Afonso Carrillo.
Fachada del Thermal Palace y Petit Park. Foto E.F. Baena. 1910-1915

Imagen del Thermal Palace desde La Paz. Autor anónimo, coloreada por Rafael Afonso Carrillo 
En su interior el edificio “poseía un comedor, capaz de servir 250 cubiertos, con salas de billares, gimnasio y toda clase de juegos. Tenía asimismo “un circo gallera, una pista para la práctica de la lucha canaria y una pista para carreras de caballos. Existía además un salón biblioteca y de descanso”. Además “estaba dotado de espaciosas cocinas y de un elevado número de cuartos para tomar baños de agua dulce y de agua de mar. Poseía evidentemente inodoros, y un departamento de máquinas, donde se hallaba instalada la potente máquina eléctrica de que disponía”.
En pocas palabras poseía todo cuando se requería en un establecimiento moderno de esta índole. Fuera del recinto, en la playa, a la sombra de copudos árboles, estaba previsto instalar mesas y sillas, para mayor comodidad del visitante, configurando un pequeño parque, que por esa razón fue llamado el Petit Park”. El articulista terminaba afirmando “es fácil imaginarse la suntuosidad que ofrecerá cuando esté totalmente terminado y prestando servicio”.
El domingo 23, víspera de San Juan comenzó con un encuentro de lucha canaria entre los equipos de Tegueste y de Tejina, al que asistió numeroso público y que terminó con el resultado de 15-21, favorable al bando de Tejina. Por la tarde, a las 5, aunque el mar no estaba muy sereno, hubo juego de cucañas, pero lamentablemente no pudo decidirse su ganador, porque antes del final se rompió el aparato, es decir, el largo palo engrasado por el que tenían que deslizarse los concursantes.
Pasando a la descripción de lo que se vivió el lunes, festividad de San Juan, durante la inauguración, diré que  la velada empezó a las 10 de la mañana con un encuentro de tiro de pichón, en el que tomaron parte varios aficionados. A la una de la tarde, hubo regatas de botes empavesados, entrando en la liza cuatro botes, uno de ellos de la Casa Thorensen [], otro de la Casa Yeoward y dos más de D. Sebastián Castro Díaz. Según el articulista “La contienda fue empeñada pero tampoco pudo decidirse la suerte, porque el estado de la mar no facilitaba la práctica de los deportes náuticos, distribuyéndose los premios entre los concursantes”.
La crónica seguía afirmando:”A las cuatro de la tarde del domingo, las galerías del Thermal Palace, la playa y las avenidas, estaban totalmente llenas de gente. Todo el pueblo del Puerto, casi todo el de La Villa, de Los Realejos, de La Laguna e incluso de Santa Cruz, concurrió, a presenciar unos y a participar otros, a la Sortija a caballo, acto que fue amenizado por la Banda Municipal. Digamos que habían dispuestas unas 60 cintas que enviaron bordadas y pintadas por distinguidas damas de la localidad” [3]. De todo el conjunto de cintas merece destacarse según el articulista “una hermosísima, de color blanco, pintada magistralmente por D. Marcos Baeza Carrillo, por encargo directo de los Hermanos Wildpret, que representaba una vista de aquel edificio entre flores de pensamientos y la otra, también muy bonita elaborada por su hija Marciana Baeza”. 
Retrato de Marcos Baeza Carrillo (1858-1915), hecho por su hija Ramona Baeza Acosta.
Ramona Baeza Carrillo con sus hijos Marcos e Imeldo Bello Baeza
Tomada del libro Marcos Baeza. Biblioteca de autores canarios
Participaron en la sortija jinetes de diferentes pueblos tales como La Orotava, Tejina, Santa Úrsula, Puerto de la Cruz e incluso un alemán. Ganaron los dos premios, José González de Chaves y Domingo Sotomayor, ambos portuenses y todos los jinetes prendieron sus lanzas en las anillas del puente” [4].  
El artículo seguía así:“Antes de comenzar la carrera de cintas, se verificó la rifa de un valioso reloj de oro para señora, dispuesto por la comisión de festejos, y le correspondió la suerte al boleto numerado con el nº 1031, debiendo indicarse que, varios días después, no se había presentado nadie a recoger el citado premio”.
“La verbena como fin de fiesta, fue un acontecimiento. El Thermal Palace, el Paseo de las Palmeras limítrofe y la arboleda de la playa, lucían una brillante y profusa iluminación eléctrica con el fluido suministrado por la máquina eléctrica del edificio; pero era la luz tan espléndida y tan artísticamente combinada, tan bien distribuida en colores y distancias, que revelaba a la simple percepción una mano maestra, una verdadera dirección técnica y efectivamente, acertamos. Estaba encargado de aquel trabajo, el ilustre electricista de la fábrica de Santa Cruz, D. Francisco Gálvez, quien con su experiencia e inteligencia, convirtió aquellos sitios en radiante claridad como el día.”
“El Risco de Martiánez ofreció en un momento, un efecto mágico, pues quedó iluminado con infinidad de luces de alquitrán y aunque la visión fue casi instantánea, porque el combustible no era de larga duración, mereció la idea unánime aplauso.”
El Acantilado de Martiánez se iluminó con luces de alquitrán  durante 
          la inauguración del T. Palace. Foto Fregel. Años 50-60 
Omito por brevedad algunos comentarios para centrarme en las frases finales, “En resumen, que el Thermal Palace inaugura una nueva era para el Puerto; que el ameno sitio de Martiánez será el punto de cita de todo el vecindario porque se encontrará todas las comodidades apetecibles y quizás música los jueves y domingos por la noche en el verano y por las tarde, en el invierno. Esta es la creencia general, que aquello va  a ser el emporio del Puerto, del Valle y de Tenerife, por algo se hacían lenguas en calurosos elogios a los Hermanos Wildpret., todos cuantos discurrieron por la obra que han realizado. Allí estaba el alcalde, señor D. José Arroyo, que amante de su pueblo le prestará decidido apoyo, las autoridades, el comercio, la industria, las sociedades y la intelectualidad y por cuanto, significa vida y movimiento afanosos de amparar lo que ha de ser venero de riqueza.” 
Terminaba la crónica que fue firmada por Baños con los siguientes párrafos:”Por nuestra parte y creyéndonos fieles intérpretes del sentir público, enviamos a los Sres. Wildpret la más entusiasta felicitación, deseándoles las mayores prosperidades como merecido premio al beneficio que hacen al Puerto”.
         Existe otra crónica, casi idéntica en su contenido, firmada asimismo por Baños en el periódico Diario de Canarias [5].
El Thermal Palace y el Petit Park, vistos desde la Paz. Foto E.F. Baena. Años 1913-14
El decorado del Thermal Palace
         Ya con el Thermal Palace a pleno funcionamiento, en septiembre de 1912 tuvo lugar una recepción a los 80 turistas que llegaron en el vapor Mantua el día anterior y que se trasladaron desde Santa Cruz hasta el Puerto de la Cruz. La agencia Cook’s encargó al T. Palace un té para 80 viajeros, que se sirvió a las 3,30 de la tarde en las galerías y en el comedor del edificio.
         La crónica continuaba con una importante noticia:”Es interesante resaltar que los Sres. Wildpret, en su afán de dar comodidades al público y de completar la obra colosal que han realizado con la construcción del Thermal Palace, han hecho una instalación de luz eléctrica en el Paseo de Cobián (actual Paseo de las Palmeras) y en el de la playa, que llega hasta San Telmo, que son los dos caminos que dan acceso al nuevo edificio. Esta iluminación se estrenará el jueves”
         El mismo día señalado anteriormente , se inauguró el alumbrado eléctrico de los paseos limítrofes al Thermal Palace, "señalándose el alumbrado había sido instalado por los Sres. Wildpret, propietarios del establecimiento. Éste representa una considerable mejora, pues ya se puede transitar con buena luz desde el Hotel Martiánez y desde la Ermita de San Telmo  hasta la Playa de Martiánez". 
   También se hizo eco de este evento el periódico Diario de Avisos [7], que comentaba:”ayer visitaron el Puerto de la Cruz 92 turistas que viajaban en el vapor Mantua, acompañados del jefe de la expedición Mr. E. L. Herman M. V.O., persona muy amable y cortés. Llegaron en coche a la una y media de la tarde y se distribuyeron en los hoteles Martiánez, Monopol y Marquesa. A las 3,30 se hallaban todos en el Thermal Palace, aplaudiendo los encantos que ofrece al observador el bello panorama de la Playa de Martiánez y la magnificencia del Thermal, allí construido, que presta todas las comodidades apetecibles”.
   Para obsequiar a los turistas extranjeros el activo representante de la respetable casa Cook’s, en la capital, había encargado un té a los Sres. Wildpret Hermanos, propietarios del Thermal Palace. Las mesas se instalaron en el Petit Park de la playa, a la sombre de los corpulentos tarajales  que la decoran, y que estaban matizados por paseos con flores naturales. El té fue espléndido, con ricas y variadas pastas y en mesa aparte de los expedicionarios, estaban también las distinguidas señoras Marquesa viuda de la Florida, Dª Concha Marina Benítez de Lugo y Dª Elena Machado. La Banda de Música municipal ejecutó un selecto programa, bajo la batuta del inteligente director D. Luis Sánchez.
   Los Sres. D. Gustavo Wildpret y el representante de la casa Cook’s se multiplicaron por todas las partes atendiendo galante y solícitamente a cuantas personas había allí.  A aquella hora, el coronel de artillería el comandante Sr. Mauriz y varios oficiales  del E. M. y Artillería que se hallaban en La Orotava con la Batería de Montaña para continuar viaje al interior de la isla, bajaron a caballo a visitar el Thermal Palace, del que hicieron grandes elogios.
    Para esparcimiento de los expedicionarios, por la noche, a las 9, se abrieron las puertas del elegante salón de fiestas del T. Palace y de nuevo, se reunieron allí todos los turistas después de comer en los citados hoteles. Acudió también bastante público y algunas damas de nuestra buena sociedad. El maestro D. Ricardo Torres, que es un verdadero profesor de piano, inauguró el espectáculo ejecutando maravillosamente, como sinfonía la difícil obra “Retrato Austriaco” de Keler Belo.
    Mucho interés tiene el siguiente comentario que reproduzco literalmente:”Se corrió el telón y apareció una encantadora decoración de calle, magistralmente pintada por D. Francisco Bonnín Guerín, que en esta ocasión ha confirmado su fama de inspirado artista. Representa al fondo, la Calle del Agua de La Orotava, al lado de la izquierda del espectador un portalón del Hotel Martiánez de este Puerto, y una casa con escalera al exterior de la Villa de Icod. Al lado derecho el capricho de una casa con una enredadera adherida a la esquina, tan natural que parece sentirse el perfume de las flores”. 
Francisco Bonnín Guerín (1874-1963), decoró el teatro del Thermal Palace
   La canzonetista Sra. Moro, se presentó en el palco escénico gentilmente ataviada con un valioso traje y rica mantilla española. Acompañada al piano, casi a primera vista como se dice en música por el maestro Torres, cantó con verdadero “amore” varios números de su repertorio, recibiendo ovaciones y entre ellas la habanera “Roda“y R. Gonesa, tango; toda la noche hubiera estado repitiendo, si el público, por galantería, al sexo, no transige en sus instancias. Así terminó el día, ofrecido en este Puerto a los turistas del Mantua que hoy regresaron a la capital. Los Sres. Wildpret en su deseo de favorecer al público, han introducido unas mejoras que prestan gran comodidad para concurrir al Thermal. Han instalado alumbrado de luz eléctrica en el Paseo de Cobián y en el de la Playa hasta la Ermita de San Telmo, que son los que dan acceso al edificio.
El Cinematógrafo
Comenzaré diciendo, que los Hermanos Wildpret fueron capaces de ver la fuerza que iba adquiriendo el cine pues antes de que la instalación del Thermal Palace estuviese en funcionamiento, ya se proyectaban periódicamente películas mudas en el patio del ayuntamiento, es decir, en el patio del antiguo convento de monjas dominicas de Santa Catalina de Sena, que como es bien conocido ocupaba toda la manzana comprendida entre las calles Quintana, Cólogan, Luis de la Cruz y Agustín de Bethencourt.
Por ello dotaron a su instalación de un aparato moderno para proyectar películas de cine mudo, que la mayor parte de las veces estaban acompañadas por un pianista que ejecutaba los números musicales, que a juicio concordaban más con las tramas de las películas proyectadas. Ya comenté en la crónica anterior que el Thermal Palace disponía de un generador eléctrico con que aparte de disponer de luz para todo el edificio se pudo instalar un cinematógrafo con el que se podían proyectar películas mudas. El generador por seguridad estaba instalado fuera del edificio que recordemos era completamente de madera.
El anuncio que se muestra a continuación publicado en el periódico Vida Moderna de La Orotava, permite ver que solían estrenar películas los domingos, con una matinée a las 4,30 y una función de noche a las 8,30. En el mismo anuncio se indica que hay un restaurante con un exquisito y variado menú que estaba atendido por un cocinero extranjero.
Anuncio del T. Palace publicitando su cinematógrafo, publicado 
en el periódico orotavense Vida Moderna. 1913
Así por ejemplo, en julio de 1912 se estrenó el suntuoso salón de fiestas, y esa misma noche hubo una sesión cinematográfica. En octubre de 1912 se realizó una agradable velada en la que hubo cinematógrafo y después actuación de la célebres malabaristas L. M. Cronay’s [11].
            En muchas ocasiones, el cine mudo se hacía acompañar de otro espectáculo tal como ocurrió en agosto de 1912, en que después del cine hubo la intervención de una transformista conocida como la “Muñeca Mecánica”. En la crónica de la función se comentaba:”No es fácil trasladar al papel la impresión que produce la transformación de una  joven señorita de 14 años, en una verdadera muñeca de biscuit; hay que verla para poder apreciar de lo que es capaz el ingenio, el arte; es maravillosa esta presentación.
             Los hermanos de la muñeca, que eran otra bella señorita y un joven, en traje de bebé, sacan de su caja a la niña de carne y hueso, o sea al juguete mecánico y se distraen ante el público haciendo juegos portentosos, admirables. No hay quien diga que aquella figurita no es igual a las que se exponen como extra, en el género, en los escaparates del comercio”. Después se volvió a proyectar otra película muda titulada “La rival de Richelieu”, que agradó igual que lo hicieron las anteriores [12].
Circo Gallera
         También instalaron los Hermanos Wildpret en el Thermal Palace un circo gallera, en el que se celebraban peleas de gallos, una diversión que siempre ha tenido y sigue teniendo adeptos entre el público masculino canario. Se inauguró a comienzos de 1913 y se contrataron entre los partidos de Garachico y Puerto de la Cruz, 56 riñas de gallos, a celebrar en el elegante circo gallera de la citada instalación, incluyéndose además 14 peleas sueltas []. Se celebró la primera sesión el primer domingo del mes de marzo de 1913, enfrentándose los gallos de Garachico contra los del Puerto de la Cruz.            En mayo de 1913 apareció en la prensa la noticia de que en el Thermal Palace tendría lugar en la mañana del domingo, 18 siete peleas de gallos del partido de la Capital contra el del Puerto de la Cruz. En la crónica se subrayaba que con el tiempo tan agradable que solía hacer en primavera en la zona Martiánez y el escogido menú que se ofrecía en este establecimiento a los visitantes, resultaba difícil a toda persona amiga o no de este sport, resistirse a “no echarse una cana al aire”. Se indica ba en el establecimiento había bebidas en hielo y helados exquisitos, provenientes de las instalaciones que los Hermanos Wildpret tenían en la calle Iriarte del Puerto de la Cruz y que comenté en la anterior. El menú que se ofrecía era un almuerzo por 4 pesetas, y como puede verse por el anuncio siguiente era toda una exquisitez [13].

Menú ofrecido por el T. Palace a los asistentes a la peleas de gallos por 4 pesetas. La Prensa

Ya en la temporada del presente año de 1914 en la gallera del T. Palace he encontrado en anuncio relativo a la celebración de las cuartas peleas de gallos concertadas. Tanto el partido del Puerto de la Cruz como el de Garachico, presentaron excelentes gallos por lo que en la gallera reinó un gran entusiasmo entre los aficionados a este deporte [14].
Resulta digno de destacar que durante una de las peleas de gallos ocurrió un accidente, pues se desprendiendo un anfiteatro y resultó con una pierna rota el espectador D. Ernesto Gutiérrez [15].
Sortijas a caballo
Otra actividad lúdica que no descuidaron los propietarios del Thermal fue la realización de sortijas a caballo, que se efectuaban en el cauce del cercano Barranco de Martiánez, decorado para la ocasión. En la imagen pueden ver un ejemplo de estas sortijas, pero esta fue realizada en el cauce del Barranco de Martiánez, lo que me parece indicar que no fue el Thermal Palace el organizador de la sortija, pues las de este último establecimiento, para que sus clientes pudieran verlas cómodamente, solían hacerlas en la zona cercana al Petit Park, mientras que las llevadas a cabo bajo el patrocinio del Hotel Martiánez solían hacerse en el cercano cauce del barranco del mismo nombre.
Sortija en el Barranco de Martiánez. Autor anónimo. 
Subida a Facebook por Agustín Miranda Armas
Ya narré al hablar de la inauguración del establecimiento, como se celebró  una gran sortija con participación de jinetes de diferentes poblaciones por lo que no voy a insistir más sobre esta en concreto.
En los ejemplos siguientes no voy a ser tan prolijo, pero si quiero hacer constar que este era un número que se repetía muchas veces a lo largo del año, pues tanto en carnaval como en la Fiestas de Julio, las sortijas a caballo primero y muchos años más tarde en coche, eran un número casi obligado.
            Así, en los festejos del Gran Poder Dios correspondientes a 1912 el sábado 3 de julio, a las 3 de la tarde, se celebró en la Playa de Martiánez, frente al Thermal Palace  una “Carrera de cintas a caballo, disputándose las mismas, entre las que se encuentran primorosas producciones artísticas, distinguidos Sportmen de Santa Cruz, La Laguna, La Orotava, Realejos y Puerto de la Cruz. Las bandas de música de Regimiento de Tenerife y la Municipal de esta población tocarán durante esta fiesta hípica agradables aires nacionales” [16].   
         El mismo periódico daba cuenta de los jinetes participantes, entre los que se encontraban Mr. Karl Podan, José González de Chaves, Bernardo Pérez, Óscar Bethencourt, Pedro Fernández, Antonio González de Chaves, José Delgado, Jesús Casañas Domingo Sotomayor y Francisco Casanova, que al término de la sortija fueron obsequiados con un té por el Thermal Palace [17].
         En el periódico santacrucero La Prensa aparece en su primera plana noticias sobre el desarrollo del carnaval portuense, en un artículo titulado “En plena fiesta”, escrito por el corresponsal del periódico en el Puerto de la Cruz, D. Vicente Cartaya Cairós, que a continuación transcribo literalmente:“Hoy a las 3 de la tarde darán principio nuestras brillantes Fiestas de Carnaval, con una cerrera de sortijas frente al Thermal Palace, organizada por el entusiasta comité “La Risa, el cual también se ha prestado gustoso a cooperar al mayor lucimiento de los festejos, organizando tan simpático espectáculo, esperándose bastante concurrencia dado lo ameno del sitio y del entusiasmo que reina en el vecindario. Las cintas han sido donadas por distinguidas señoritas de la localidad y el acto será amenizado por la Banda de Música de este municipio” [18].
            En la crónica de Vicente Cartaya se cita el Comité La Risa, pero dejaré el comentario sobre que era ese comité, cuando se fundó y cuáles eran sus funciones para la próxima crónica.

[1]           Diario de Tenerife, 21-VI-1912, nº 7691.

[2]           El Teide, 26-VI-1912, nº 393.

[3]       Entre las donantes figuraban la Sra. Luisa Wildpret de Reimers, así como las Señoritas de Castro Díaz, del Hoyo, Cárpenter, Miranda y Miranda, García Carballo, González de Chaves, Reverón Trujillo, Reyes Hernández, Perera Hernández, González Matos, Rodríguez Figueroa, Álvarez Hidalgo, Pérez y Pérez, Rodríguez Luz, Luz Cárpenter, Cruzat, Tavío, Hernández Benítez, Carballo, Carrillo Rodríguez, Jacinto Pérez, Pérez González, Marrero, Hidalgo García, Álvarez Peraza, Padrón, Gómez Benítez, González Corvo, Hernández Corvo y de Peraza.

[4]           La relación de jinetes era como sigue: “De La Orotava, los hermanos Sebastián y Pedro Fernández, Saturio Fuentes, Ubaldo Martínez, Francisco L. González. De Tejina intervino José Cruz, de Realejo Francisco Melo y Amado de la Cruz, de Santa Úrsula los hermanos Ángel y Ricardo Monge. También intervino un alemán Wr. C. Wodan y del Puerto de la Cruz intervinieron Miguel Sotomayor, Ruperto Armas, Bernardo Pérez, Domingo Sotomayor, José González de Chaves, Miguel Barreto, Pedro Rodríguez, Manuel Padrón y Francisco Bethencourt”.

[5]           Diario de Avisos, 23-IX-1912, nº 7768.

[6]           El Teide,  21-IX-1912, nº 418.                        

[7]           Diario de Tenerife, 23-VIII-1912, nº 7768. 

[8]           El Teide, 5-X-1912, nº 422.

[9]        Diario de Tenerife, miércoles 8-I-1913, nº 8304.

[10]        La Prensa, 1-III-1913, nº 783.

[11]        La Prensa, 1-III-1913, nº 783.

[12]        La Prensa, 5-X-1912, nº 422.

[13]        El Teide, 5-VIII-1912, nº 404.                                       

[14]        La Prensa, 1-III-1913, nº 783.

[15]        Gaceta de Tenerife, 16-IV-1914, nº 1383.   

[16]        La Prensa, 27 Abril 1914, nº 1192.                

[17]        El Teide, 27-VII-1912, nº 402.  

[18]        El Teide, 7-VIII-1912, nº 405.

[19]        La Prensa, 1-II-1913, nº 760].         

miércoles, 20 de julio de 2016

Los Hermanos Wildpret y el Thermal Palace

          Presento en esta crónica, los datos que he hallado relativos al origen de la construcción llamada Thermal Palace, que fue traída por los hermanos Gustavo y Guillermo Wildpret desde la Exposición Internacional de Bruselas de 1910 e instalada en la Playa de Martiánez entre los años 1911-1912. Incluyo en ella distintos aspectos relativos a las dificultades que entrañó el traslado del edificio desguazadao desde el origen hasta la Playa de Martiánez, la reconstrucción de la instalación, así como algunas vicisitudes, unas por cuestión de trámites, otras de índole meteorológica, que hubo que superar durante el periodo de la construcción y las más de ellas relacionadas con la falta de una mínima infraestructura de la zona. 
La Exposición Internacional de Bruselas de 1910
Corría el año 1910 y la ciudad de Bruselas estaba preparada para acoger la  Exposición Universal e Internacional, que tuvo lugar del 23 de abril al 1 de noviembre. Podemos hacernos una idea de la magnitud del evento, sin más que examinar los siguientes datos. La superficie que ocupaba el recinto dedicado a la exposición abarcaba nada menos que 60 Ha, es decir, 600.000 m2 de superficie, es decir 0,6 Km2, y en ella intervinieron 25 países diferentes. 
Posters anunciando la Exposición Universal de Bruselas. 1910
El término Expo usado para este tipo de eventos, hace referencia a que su duración iba a estar comprendida entre 3 y 6 meses de duración y en el caso que comento, la Exposición Internacional comenzó el 23 de abril y duró hasta el 7 de noviembre de 1910, es decir, aproximadamente seis meses y medio. Resulta fácil comprender la expectación que despertó, sin más que añadir que la exposición tuvo alrededor de 13 millones de visitantes, con un gasto total de instalación de 3.550.000 dólares americanos. 

Stand de España en la Exposición de Bruselas (1910),  cuyo pabellón reproducía 
el Patio de los Leones de la Alhambra de Granada. Autor anónim0
Para la Exposición Universal de Bruselas de 1910, la representación hispana construyó un pabellón con un fuerte componente nacionalista, mediante la elección de La Alhambra y el arte nazarí, como imagen representativa de nuestro país. Se cree que la yesería simulando el Palacio de la Alhambra del pabellón español de esta exposición, fue elaborada por Antonio Santisteban Márquez y su labor fue tan exitosa que el pabellón obtuvo como recompensa Gran Premio de Honor, además de la Medalla de Oro como expositor. Es interesante resaltar que las exposiciones universales realizadas entre 1851 y 1933, se centraron fundamentalmente en el comercio y en la presentación de los avances tecnológicos realizados por los diferentes países concurrentes a la exposición.
La compra del Thermal Palace
Gustavo Wildpret acudió a esta exposición universal, no sé si a título particular o como representante familiar de su hermana Luisa Wildpret y de su cuñado D. Máximo Reimers, que en esta exposición recibieron un premio de reconocimiento a su labor  en pro de la exportación de los calados canarios, tal como comenté en la primera crónica dedicada a la familia. 

Gustavo Wildpret Suárez (1862-1936) y Guillermo Wildpret Suárez (1872-1923). Autor anónimo
Después de recorrer la exposición, G. Wildpret se quedó prendado de uno de los pabellones, construido totalmente de madera, hasta el punto de apalabrar su compra, aunque lamentablemente no sabemos cuál fue su coste. Después de concertada definitivamente la compra, D. Gustavo inició las gestiones para que al término de la Exposición Internacional -que duró hasta mediados de noviembre de 1910-, se procediese a desmontar el pabellón y trasladarlo a un puerto de mar cercano a Bruselas, desde donde fuese remitido todo el conjunto por vía marítima hasta Santa Cruz de Tenerife y desde allí hasta el Puerto de la Cruz.
La idea central del negocio era que una vez el pabellón desarmado llegase por vía marítima a Tenerife, trasladarlo por carretera o por mar hasta la Playa de Martiánez, volverlo a montar y establecerlo en ella como un local de ocio y recreo, pero con estilo propio y una notable categoría.
La Playa y el Paseo de Martiánez
       Me parece adecuado hacer un breve comentario acerca de cómo era en 1910 la Playa de Martiánez. En mi opinión era un terreno casi virgen, cuyo dos accesos, uno a través del llamado Paseo de Martiánez, que esencialmente era una prolongación del Paseo de San Telmo y que arrancaba frente a la Ermita, justo en el mismo lugar en que empezaba el Callejón de San Carlos, que permitía unir San Telmo con la calle de la Hoya. El otro acceso era a través del por entonces llamado Paseo de Cobián, que en esencia era el actual Paseo Aguilar y Quesada, o como popularmente se le conoce el Paseo de las Palmeras.
Paseo de Martiánez o de los Tarajales, con el muro blanco. Al fondo, a la derecha, se ve
el comienzo del Callejón de San Carlos, que comunicaba esta zona con La Hoya.
 La parte oeste de la Playa de Martiánez, es decir, la zona más cercana a San Telmo, casi siempre estaba más llena de rocas y pedregosa que la zona este, que es la zona situada frente a las desaparecidas Piscinas de Martiánez. 
 La zona de la playa situada más cerca del Acantilado de Martiánez, tenía mayor cantidad de arena que la zona del oeste, y así era en los momentos iniciales, pero por la acción de la mano del hombre se fue reduciendo la playa para hacer carreteras, terrazas, construcciones, etc., lo que ha dejado reducida la playa a una estrecha tira, con más piedras que arena.

Costado oeste de la Playa de Martiánez, con los tarajales y la mezcla de arena y piedras. Foto anónima
 En la foto siguiente se puede comprobar que a comienzos del siglo XX, el frente de playa cercano al Acantilado de Martiánez era muy espacioso y no tan reducido como quedó años después, evidentemente por la acción de la mano del hombre, que construyó dos carreteras, un espacio central teóricamente destinado a jardín, y finalmente una terraza. En mi opinión, la nueva zona construía nunca llegó a tener muy  buen aspecto, pero al reducir drásticamente la zona de playa y expandir a cambio el asfalto y el cemento, la playa sufrió un claro y profundo retroceso a favor del cemento y del asfalto.
Playa de Martiánez, vista desde La Paz. Sobre 1910. Foto coloreada por Rafael Afonso Carrillo
 En 1852, siendo alcalde D. Agustín Álvarez Rixo y “aprovechando la estación húmeda, mandó hacer un plantío de más de 150 tarajales en el contorno del Paseo de Martiánez, que había sido murado por su orden, por compromiso con Francisco García Gutiérrez”, [1] que por aquel tiempo era el propietario de los llamados Llanos de Martiánez, y desde entonces hasta bien avanzado el siglo XXI, el contorno de la playa estuvo siempre plantado de tarajales.
Playa de Martiánez, con asfalto y cemento, por fuera de las Piscinas de Martiánez. 
Años 1950-60. Foto anónima
A. Rixo comenta en sus Anales, en el resumen de la década 1850-60 lo siguiente [2]: “Otra mudanza que se advierte en los usos y costumbres de nuestro pueblo, es que durante las tres primeras décadas del corriente siglo, las damas principales no se ocupaban sino en hacerse recíprocas visitas, disponer buenas comida, y después al balcón o a las ventanas, por la tarde al Paseo constante de Martiánez, y a la noche a las tertulias donde también solía haber mesa de juego, música y pérdida de tiempo”. A pesar del indudable tono crítico que usa A. Rixo, nos da una interesante información válida para nuestra crónica y no es otra de la costumbre de las damas de la alta sociedad  de nuestro pueblo de ir a pasear a la zona de Martiánez.
Otro dato que habla a favor de la costumbre de llevar a la Playa de Martiánez a los turistas forasteros que nos visitaban, lo tenemos en la corta reseña que el periódico local El Teide publicó a comienzos de 1911 y que a continuación reproduzco literalmente:“los huéspedes del Hotel Monopol pasaron el lunes un rato muy agradable en la Playa de Martiánez. A la sombra de los árboles, en aquel ameno sitio, le sirvió el lunch el dueño del Hotel Monopol. El menú fue exquisito y la Banda de Música de nuestro pueblo tocó varias piezas de su repertorio para amenizar la comida” [3].              
Quizás estos hábitos hayan influido en la decisión de los Hermanos Wildpret para elegir la Playa de Martiánez como lugar de emplazamiento para su nuevo edificio, puesto que ya era una costumbre adquirida el usar la zona como lugar de paseo y recreo, e incluso de comida como vimos anteriormente.
La instalación del Thermal Palace en Martiánez
Está fuera de toda duda que al término de la Exposición de Bruselas el pabellón que habían comprado los hermanos Wildpret, debió ser cuidadosamente desmontado, para, en primera instancia, no dañar la estructura y además, teniendo la precaución de incluir una clara señalización de cada una de sus partes, para facilitar el montaje, una vez que se hubiese llegado a su destino, es decir, al Puerto de la Cruz.
         El portuense Vicente Jordán Hernández (1911-1996), gran montañero, excelente caricaturista y buen escritor sobre el pasado de nuestro pueblo, en un extenso artículo publicado en la Revista Local del ayuntamiento portuense [4] titulado ”Un recuerdo también al Thermal Palace. Los cambios en la zona de Martiánez” dedicó un extenso párrafo al edifico del Thermal Palace. 
Caricatura de Vicente Jordán Hernández (1911-1996) 
En el artículo, entre otras cosas, comenta sobre el Thermal Palace siguiente: “Si ahora entorno los ojos y me retrotraigo “puedo”, mejor recordar, la grácil silueta de un esbelto, horizontal edificio de estilo colonial, con sótanos, amplias galerías al exterior y acondicionado interiormente con su escenario y gran salón de espectáculos. Por allí desfilaron las grandes compañías teatrales de la época, se presentaron variados y artísticos espectáculos, incluido patinaje, sesiones de cine mudo, salones de juego. Estratégicamente colocadas, algunas máquinas a las que la gente menuda, introduciendo en ellas por una ranura una moneda, recibían a cambio una rica chocolatina. Este singular edificio, son su elegante silueta se llamó “Thermal Palace” y fue levantado en un solar situado en un extremo de los nombrados Llanos de Martiánez, pocos años antes que el Sr. Aguilar y Quesada  donara a la ciudad la arboleda y recta Avenida que lleva su nombre, y que naciendo en la calle de Valois, esquina a La Hoya, corre paralela a las dos calles que hoy la separan del barranco y los hoteles, hasta desembocar a pocos metros del lugar que tan dignamente ocupó el “Thermal”, frente al bravío mar, incubador incansable de de amenazantes olas que naciendo fuera se hinchan y se hinchan y elevan progresivamente en su irresistible avance hacia la orilla, hasta desbordarse en crestas espumosas chocando contra el roquedal para continuar, ya malheridas y casi deshechas arrastrando consigo, en sordo rumor, arena y callados mezclados con algas, que son depositados en un último y violento esfuerzo sobre la playa, repetidamente, una y otra vez, otro día, otro año y así, por los siglos de los siglos…..”.     
Pero retomemos las gestiones de D. Gustavo Wildpret para lograr la instalación del Thermal Palaca, quien se dirigió al ayuntamiento portuense, mediante una instancia fechada el 22 de julio de 1911, en la que decía: “Guillermo Wildpret, mayor de edad y vecino de este Puerto, según cédula personal de 9ª clase, número 913 de orden, que presenta para que le sea devuelta, a la Ilustre Corporación Municipal, respetuosamente, EXPONE: que deseando construir un edificio en los Llanos de Martiánez, con el frente hacia el Paseo que partiendo de “Las Palmas” termina en la Ermita de San Telmo, y cuyo edificio será construido desde la esquina del dicho paseo, hasta frente a la Capilla de Cruz de los Tarajales, con arreglo al adjunto plano. SUPLICA: A la Ilustre Municipalidad, se digne concederle el permiso necesario para llevar a efecto la indicada obra” [5].
           El 27 de julio de 1911 el ayuntamiento, del que era alcalde D. José de Arroyo, tomó el acuerdo de pasar el expediente a la Comisión de Ornato Público, para que informase y propusiese. La Comisión, integrada por D. Marcos Baeza Carrillo y el Dr. D. Pedro Cruzat Escardó [6], se reunió y emitió el visto bueno el 29 de julio del mismo año y finalmente, en sesión celebrada el 2 de agosto, el ayuntamiento acordó conceder el permiso, en un documento firmado por el secretario Nicolás Redecilla.
        Después de que llegaron al Puerto todas las piezas del Thermal Palace, convenientemente embaladas y numeradas, su traslado hasta la Playa de Martiánez planteó diversos problemas logísticos que se fueron resolviendo, no sin dificultad, pues conviene tener en cuenta que por aquellas fechas, no existía carretera para llegar a Martiánez, sino un paseo con palmeras recién plantadas por la zona norte, al lado del Barranco de Martiánez y un camino de tierra y piedras, relativamente estrecho, que cruzaba desde Santo Domingo hasta la ermita de San Telmo, desde continuaba hasta la playa. Parece lógico que para el traslado hasta Martiánez se utilizase el Paseo de Martiánez, pues aunque no estaba asfaltado presentaba más facilidad de desplazamiento que la zona aledaña al Barranco de Martiánez.
            Paseo de Martiánez, con el muro y los tarajales. Al fondo y en el centro,
se aprecia la torre de la parroquia. Foto anónima
Una vez situado el material en su lugar de destino, los Hermanos Wildpret comenzaron a instalar el citado edificio bajo las órdenes directas del maestro carpintero portuense Miguel López, tal como se narra en el ya citado artículo de Vicente Jordán Hernández [5], cuyo párrafo correspondiente a continuación reproduzco: “Ese edificio colonial que mencionas me lo sé de memoria. Yo vi, para que te empapes, como se descargaban de aquellos carros de mulas, los grandes cajones importados del extranjero, conteniendo los herrajes y el maderamen con todas sus piezas numeradas, del que tal vez, fue el primer edificio prefabricado que levantó en la isla. Tendría yo como unos 12 años (nací en el 98) cuando por vez primera trabajé, como aprendiz, contratado a las órdenes del maestro Miguel López, afamado carpintero que llevó la dirección de las obras de montaje, que duraron largos meses. Su promotor o propietario fue don Gustavo Wildpret, que también por aquellos años regentaba el mejor hotel de Canarias, el famoso Hotel Taoro. Su inauguración constituyó un sonado éxito, y en sus primeros años se daban cita en sus salones las familias de señorío, los grandes ricachones de la isla.”
          He encontrado sin embargo, una noticia del periódico local El Teide [7] en la que se da una información que en detalles puntuales contradice la versión de Vicente Jordán y así  en el citado periódico se afirma:”Las obras de construcción adelantan extraordinariamente; están casi terminados el pabellón central y el de la izquierda; el de la derecha, que fue el que destruyó el pasado huracán, se propone levantarlo en 14 días el inteligente carpintero alemán que lo dirige”. Vemos pues, que según esta información no fue Miguel López el carpintero encargado de la construcción del Thermal Palace, sino otro carpintero de origen alemán cuyo nombre no se cita en la noticia del periódico. El mismo periódico comenta que además la obra se retrasó por un huracán que azotó el Puerto de la Cruz, y destruyó el lado derecho del edificio ya instalado, que hubo que reconstruir.
Visión frontal del Thermal Palace visto desde el mar. Autor desconocido
No obstante, esa pequeña matización, el artículo del periódico El Teide era muy claro en otros extremos que a continuación cito.”El domingo se verificaron las pruebas preliminares de la máquina eléctrica, montada en el Thermal Place de los Sres. Wildpret, frente a la Playa de Martiánez. El resultado fue excelente y ya tiene el soberbio edificio su principal elemento”.  El artículo continuaba afirmando:”se está trabajando en la preparación del decorado como mesas, sillas, distribución del alumbrado eléctrico, etc., así como desembalando todo lo necesario para el servicio tanto de cocina como de comedor y restaurant”. El final era muy claro:”puede asegurarse que el próximo día de San Juan, se inaugurará lo principal del establecimiento con lo que el pueblo contará con ameno y confortable sitio para distraerse” [8].
Thermal Palace y los tarajales. Foto F. Baena, coloreada por Rafael Afonso Carrillo 
          El interés en inaugurar el Thermal Palace el día de San Juan no era baladí, porque sabemos que era tradición en los pueblos de nuestra isla, concurrir a las playa por ese día, no tanto en busca de darse un chapuzón, sino para cumplir con la especie de rito de que en la festividad de San Juan era tradición bajar a las playas y comer en ellas, y evidentemente, los Hermanos Wildpret, buscaban aprovechar la resonancia que les proporcionaría la masiva asistencia a la Playa de Martiánez para hacerlo coincidir con la inauguración de su magnífico edificio.
Playa de Martiánez y Avenida de Colón un día de San Juan. Años 60. Autor anónimo
          Durante la instalación del establecimiento, los Hermanos Wildpret solicitaron al ayuntamiento el 8 de mayo de 1912, que procediese a la retirada de unas pequeñas casetas que tenía el Hotel Humboldt, nombre que por entonces tenía el Hotel Taoro, al pasar su propiedad a manos alemanas, puesto las había instalado sin la previa y pertinente autorización y además quedaban situadas frente al balneario que se estaba construyendo.
El ayuntamiento envió un oficio al gerente del citado hotel, para que en el plazo de diez días se procediese a la retirada como así ocurrió el 16 de mayo, de lo cual dio cuenta el Comisario de Policía al secretario Nicolás Redecilla el 20 de mayo.
        La vida social del Puerto de la Cruz, experimentó durante el periodo comprendido entre la construcción del Hotel Taoro (1898) y el Thermal Palace (1912), un intenso cambio, pues la burguesía del Puerto de la Cruz y de la Villa de la Orotava se divertía por aquel entonces en los hoteles y el Taoro era el mejor de los existentes por aquella época. Los hoteles proporcionaban una atmósfera cosmopolita con sus salones, restaurantes, canchas deportivas al turismo extranjero de élite que acudía a ellos, mientras que las sociedades culturales y recreativas ofrecían una oferta más cultural, aunque no exenta de diversión. En el Valle de la Orotava, por esta época existían las sociedades culturales recreativas, el Liceo de La Orotava, el Casino del Puerto de la Cruz, y las sociedades Iriarte y la Nueva Unión, pero todo cambió después de la construcción del Thermal Palace, ya que se convirtió en el mejor centro de ocio de la isla, en el que como tendremos ocasión de comentar en la próxima crónica no estuvo ausente las preocupaciones culturales y sociales.
          Dado el relativo aislamiento del edificio del Thermal Palace respecto al casco urbano, los Hermanos Wildpret mejoraron los paseos que enlazaban esta instalación con el casco urbano del Puerto de la Cruz, hasta convertirlos en una especie de boulevards para carruajes y viandantes, dotándolos además de alumbrado eléctrico, pues hasta ese momento la zona en cuestión estaba desprovista de alumbrado, por no existir en ella ninguna vivienda.
Anuncio del Thermal Palace. 1912
       Merece mencionarse que no solamente disfrutaron de estas instalaciones los huéspedes extranjeros del Puerto de la Cruz, sino que también la sociedad tinerfeña y muy particularmente la fracción con más poder adquisitivo del Valle de la Orotava, pues no cabe ninguna duda de que Thermal Place fue una instalación lujosa y por ello destinada a las clases sociales de mayor poder adquisitivo.
Planta y alzado del Thermal Palace, levantado por el arquitecto Mariano Estanga. 1911
Imagen del Thermal Palace desde La Paz. Foto E. F. Baena. 1913
  El Thermal tenía un espacioso pabellón cinematográfico, sólido, grande y bien ventilado, con capacidad para colocarse en él cómodamente trescientas cincuenta personas. 
Este salón, llamativamente decorado por el pintor Francisco Bonnin, tenía una sola planta, contaba con una buena instalación eléctrica y con seis puertas de salida al exterior para casos de emergencia. En julio de 1912, prácticamente un mes después de abrir sus puertas sin estar acabado, el periódico local El Teide publica una corta reseña alusiva a este tema : "Han terminado las obras de construcción del Teatro; le falta solamente la pintura que estará concluida para los días de la fiesta. El Sr Bonnín está pintando una hermosa decoración de salón regio, que como todas sus obras será notable" [9]
Poco tiempo después en el mismo periódico hablando las Fiestas de Julio se decía: "Como preludio de los festejo oficiales, anoche se celebró uno brillantísimo en el grandioso salón-teatro del Thermal Palace. Aquel recinto es de lo más sugestivo que tenemos hoy en la isla; con capacidad para 400 espectadores, escenario amplio y elegante que lucía una decoración de sala regia, pintada magistralmente por el ilustrado Capitán de Artillería, don Francisco Bonnín" [10].
Imagen del Thermal Palace desde La Paz. 1913. Autor anónimo 
El proyector usado para exhibir al público películas de cine mudo, estaba considerado como uno de los más modernos y perfeccionado de aquel momento, y se hallaba instalado en una cabina de zinc construida en un huerto fuera del edificio y a regular distancia, enfocándose el cuadro por una ventana abierta al fondo del escenario, y  dando la proyección de la película sobre la pantalla por el llamado sistema de transparencia. 
Las ventajosas condiciones técnicas y de confortabilidad del salón teatro Thermal Palace tenían, sin embargo, como contrapartida los inconvenientes derivados de su ubicación en un paraje todavía no urbanizado y de su relativa lejanía al centro de la población, factores que no contribuyeron a la multitudinaria asistencia de espectadores, a sus sesiones de cinematógrafo.
Añadamos además que el acceso desde el casco urbano del Puerto de la Cruz hasta la Playa de Martiánez, podía hacerse a pie tanto por el Paseo de Eduardo Cobián (actual Aguilar y Quesada), como por la zona sur, a través del llamado Paseo se Martiánez o también Paseo de los Tarajales.
Puede verse el impacto que la construcción del Thermal Palace causó en el Puerto de la Cruz, sin más que observar que el periódico El Teide poco antes de la inauguración, publicó el siguiente suelto “El Sr. Alcalde, prestando su concurso a la mayor comodidad del público que concurra al Thermal Palace de los Sres. Wildpret, ha dispuesto el arreglo de un camino limítrofe al Paseo de Las Palmas, que partiendo de la Playa de Martiánez termine en el hotel del mismo nombre. También sabemos, que se propone el Sr. Arroyo, abrir brevemente una callejuela que hay frente a San Telmo, para dar salida a la calle de La Hoya y plantar árboles en ésta, que ya tiene pedidos, convirtiéndola en un precioso boulevard” [11].
Para ilustrar más el problema del acceso de los vehículos a la zona de Martiánez, reproduzco parcialmente un editorial del periódico El Teide que dice:"La entrada al Thermal Palace debiera disponerse en la siguiente forma: arreglo del camino del barranco colindante con el Paseo de Cobián (actual Paseo de las Palmeras) para bajar los vehículos dándoiles salida por el camino de la playa hasta San Telmo. En este punto puede cortarse fácilmente la Plaza de la Ermita, dirigiéndose la vía hacia la calle de La Hoya, que por su anchura y extensión pudiera más tarde convertirse en un hermoso boulevard. Además, no son todos los que disponen de automóviles o coches y de dinero para alquilarlos; el público en general, merece atenciones y para su comodidad debiera dotarse al Paseo de los Tarajales de una acera de cemento o de baldosas..." [12].
Imagen antigua del Paseo Aguilar y Quesada, con el cauce del barranco a la izquierda. Foto anónima
Carretera que se construyó sobre el cauce de Martiánez, al lado
del Paseo de las Palmeras. Foto Ed. Arribas
Vemos pues, que la instalación del Thermal Palace en la Playa de Martiánez, provocó un efecto multiplicador en nuestro pueblo, pues se comunicó la calle de San Carlos con la de La Hoya y se plantaron por vez primera árboles en esta última calle, que así veía realzado su pasado papel de entrada y salida este de nuestra población.
Calle de La Hoya, con los árboles en poda. Años 60. Autor anónimo
[1]       Anales. A. Rixo, p. 402.
[2]       Anales. A. Rixo, p. 435.
[3]       El Teide, 15-III-1911, nº 264.
[4]       Revista local del Ayuntamiento del Puerto de la Cruz, 11-III-1984.
[5]       Archivo Municipal Ayuntamiento del Puerto de la Cruz. Legajo Construcción Thermal                         Palace.
[6]       Pedro Cruzat Escardó (1836-1885) era natural de San Carlos de la Rápita (Tarragona)                          y ejerció como médico titular del Puerto de la Cruz desde 1863. Casó con María de los                         Dolores Espinosa de los Monteros y no tuvo descendencia. Intervino en la autopsia del                         cadáver de James W. Morris.  Dos de sus hermanas, conocidas como las Señositas de                           Cruzat, vivieron en la calle de la Estrella.
[7]        El Teide, 5-6-1911, nº 387.
[8]        El Teide, 19-6-1912, nº 393. 
[9]        El Teide, 24-7-1912, nº 491. 
[10]      El Teide, 5-8-1912, nº 493.  
[11]      El Teide, 20-6-1912, nº 394. 
[12]      El Teide, 19-8-1912, nº 496.