La
urbanización de la llamada Zona de Martiánez, que como es bien sabido se hallaba totalmente ocupada por cultivos de
plataneras, exigió una racionalización
en el trazado de nuevas vías, pues de lo contrario los solares interiores
hubieran quedado sin salida al exterior y su valor hubiese sido casi nulo. Para
solucionar este tema, se diseñó la construcción de tres nuevas vías que
complementasen la Avenida de Colón y comunicasen rápida y fácilmente entre sí, todas
las partes de los antiguos Llanos de Martiánez.
Las primeras en construirse fueron
las Avenidas Obispo Pérez Cáceres y Venezuela, que permitieron comunicar la zona norte, es decir, la más próxima a la costa, con la sur, que corresponde a la inmediata al Barranco de Martiánez, y eso pudo hacerse abriendo la Avenida
de Venezuela, que empieza en las cercanías del Hotel Valle Mar, atraviesa la
por entonces llamada Avenida Central, es decir, la actual Familia Bethencourt
Molina, para desembocar finalmente en la Avenida Aguilar y Quesada. Posteriormente se trazó la Avenida
del General Franco, que como sabemos después de la democracia cambió su
denominación a Familia Bethencourt Molina y asimismo se amplió en una calzada
el Paseo Aguilar y Quesada, popularmente conocido como Paseo de las Palmeras.
El trazado y la construcción de todas estas vías no
estuvo exento de conflictos y polémicas entre el ayuntamiento portuense y algunos
de los propietarios de los terrenos que fueron expropiados, y pagados según una
tasación efectuada por los peritos municipales. En la crónica comentamos
algunos de estos aspectos.
La
amenaza de expropiación de los Llanos de Martiánez
En una sesión del ayuntamiento portuense celebrada
el 28 de diciembre de 1960, el alcalde Isidoro Luz Cárpenter dio a conocer a los
concejales asistentes, que los propietarios de los llamados Llanos de
Martiánez, estaban procediendo a la venta
de los solares que daban a las vía en proyecto, y muy particularmente a la Avenida
Central de los Llanos de Martiánez (la actual Familia Bethencourt y Molina y
antigua General Francisco Franco), sin que se hubiese llevado a cabo la
parcelación y urbanización preceptiva de la finca en cuestión ordenada por el ayuntamiento.
Según el citado alcalde, este hecho estaba creando problemas al progreso
urbanístico de la ciudad, por lo que el ayuntamiento tomó el acuerdo de
suspender las licencias de obras que se solicitasen en lo sucesivo en el Sector
de Martiánez, mientras no se llevase a cabo, la urbanización de las vías
públicas, la total parcelación de los terrenos y el estudio de la densidad de
población, por no reunir dichos terrenos las condiciones exigidas en el Art. 63
de la Ley del Suelo.
Este acuerdo, había sido notificado en el momento y la forma adecuada a los propietarios de los
terrenos a urbanizar, los hermanos Sebastián y Pedro Fernández Perdigón, pero estos, según
el informe del alcalde, no habían dado principio a las urbanizaciones que
procedía hacer, ni siquiera, a la parcelación que debía ser aprobada por el ayuntamiento, por lo que se propuso al pleno municipal que se tomasen los debidos acuerdos, para que se hiciese de una vez por todas la urbanización del Polígono de
Martiánez.
Ante este contundente informe del alcalde, el
consejo municipal acordó por unanimidad, conceder un plazo
improrrogable de tres meses a los propietarios del Polígono Martiánez, que comprendía los terrenos que ocuparía la Avenida Central,
circunscritos por dicha Avenida, la Explanada de Martiánez, el Paseo de Aguilar y
Quesada y la calle de Calvo Sotelo (actual La Hoya), para que presentasen la redacción de
los oportunos proyectos, comenzasen las obras de urbanización, y sometieran a
aprobación la parcelación preceptiva realizada, circunstancias sin las cuales
no que sería legal la venta de parte de estos terrenos en concepto de solares,
según disponía la Ley del Suelo. Asimismo, se decidió que por parte del
arquitecto municipal se empezasen a redactar los trabajos necesarios, inclusive los
proyectos para preparar la labor de la futura expropiación de este polígono, si
sus propietarios no hacían las urbanizaciones ni la parcelación del terreno en cuestión.
Igualmente,
se trató de que caso que prosiguiese la situación de inactividad de los
propietarios de la zona, se considerase la posible expropiación del citado
Polígono de Martiánez, por aplicación
del Art. 52 de la Ley de Expropiación Forzosa, caso de que los propietarios persistieran en su actitud de no
cumplir las condiciones estipuladas. Si así lo hiciesen, automáticamente, se
enviaría el expediente que se formase al Ministerio de la Vivienda para la
declaración de urgencia y para estar preparados ante tal posibilidad, se mandó elaborar un presupuesto ordinario, para hacer frente a la posible expropiación de los citados terrenos
del Polígono de Martiánez.
Finalmente,
el pleno municipal acordó notificar este acuerdo a los propietarios de los
terrenos afectados, añadiendo que se les haga conocer tanto por comunicación privada, como también públicamente, mediante impresión de los
pertinentes anuncios en los periódicos de la isla, de los acuerdos del 28 de
diciembre de 1960 y de fecha 27 de febrero de 1961, a efectos de de
informar a la opinión pública de las consecuencias que podrían padecer al
adquirir terrenos que no cumpliesen las condiciones de edificabilidad en los
Llanos de Martiánez y en caso extremo, que podría llegarse a efectuar la posible
expropiación del citado Polígono.
Plataneras de los Llanos de Martiánez. Autor anónimo.
|
Ante
la contundencia del acuerdo adoptado, así como de su difusión en la prensa escrita,
los hermanos Fernández Perdigón pusieron manos a la obra y comenzaron a realizar
todos los trabajos necesarios para llevar a cabo la parcelación de su finca de Martiánez, hecho
que una vez llevado a cabo, puso fin a la polémica suscitada debido a las
trabas puestas por los propietarios.
A continuación comento sucintamente
las nuevas vías abiertas en la Zona de Martiánez.
Avenida
de Venezuela
Como es bien conocido de todos, se conoce con el
nombre de Avenida de Venezuela al tramo de calle que partiendo de la Avenida de Colón, a la altura del Hotel Valle Mar, comunica
esta avenida con la Bethencourt y Molina, desembocando en el tramo más bajo de
la Avenida de Aguilar y Quesada.
El nombre impuesto a la vía fue acordado en
una sesión celebrada el veintiséis de octubre de 1960, en la que el alcalde
portuense D. Isidoro Luz Cárpenter se dirigió a los miembros de la corporación
manifestando que:”entre los actos a
celebrar en esta ciudad el próximo día doce del mes de octubre con motivo de la
Fiesta de la Raza y de la Hispanidad, figura
uno dedicado a la República hermana de Venezuela país éste que en el que, desde
hace siglos han tenido favorable acogida todos los hijos de este archipiélago
canario que a él han emigrado. Muchos de los venezolanos ilustres que han
brillado como excelentes políticos, militares, y hombres de ciencia y de las
artes, tienen su ascendencia en estas Islas, y de manera especial en el Puerto
de la Cruz. Se puede citar algunos de ellos que han llegado a ostenta en
diferentes ocasiones el más alto cargo en aquel país como es el de Presidente
de la República, Por ello estimo, que aprovechando la celebración de los actos
conmemorativos de la Fiesta de la Raza y de la Hispanidad y para perpetuar la
memoria de tan insignes hijos, descendientes de familias de esta ciudad, así
como para estrechar los lazos de amistad y fraternidad con la República
Venezolana, propongo que demos el nombre de Calle de Venezuela a la nueva vía
de la Urbanización del Sector de Martiánez, que partiendo de las inmediaciones
del Hotel Valle Mar, una la Avenida de Colón con la Avenida Central”.
Panorámica aérea de las
Avenidas de Martiánez. Autor anónimo
|
El
Excmo. Ayuntamiento portuense en pleno, después de breve deliberación, acordó por
unanimidad designar con el nombre de “Calle
de Venezuela” a la nueva vía de la urbanización del Sector de Martiánez, ya
citada.
Avenida de Venezuela.
Autor anónimo
|
En la redacción del acta de la sesión donde se
dio nombre a la Avenida de Venezuela, la vía es citada como “Calle de Venezuela”, pero ignoro si
hubo otro acuerdo posterior corrigiendo la redacción o si por el contrario, no
es coincidente el nombre dado en al acta por el secretario y el impuesto a la
vía en cuestión. Desde hace muchos años esta vía es conocida como “Avenida de Venezuela” y como tal
aparece rotulada, aunque no he encontrado constancia de este acuerdo en las
actas municipales.
Panorámica aérea de
Martiánez. Autor anónimo.
|
El
trazado de esta vía tenía como objeto descongestionar el tráfico de
la Avenida de Colón, proporcionando con ella, una salida alternativa y rápida de la Zona
de Martiánez a aquellos vehículos que no querían recorrer totalmente la casi
siempre congestionada Avenida de Colón, a la par que su construcción permitía
la racional utilización de los solares procedentes de la antigua plataneras de
los llamados Llanos de Martiánez, que durante finales del siglo XIX
pertenecieron a Francisco García Gutiérrez y que posteriormente ya en el siglo
XX pasaron a ser propiedad de los ya citados hermanos Pedro y Sebastián Fernández
Perdigón.
Avenida
del Obispo Pérez Cáceres
Es bien sabido
por todos, que con este nombre se designa la calle abierta frente al Lido San
Telmo y el Hotel Las Vegas, que comunica la Plaza de los Reyes Católicos, con
el Paseo de Aguilar y Quesada. En realidad, su construcción se llevó a cabo en
dos fases, haciéndose primero el tramo que comunicaba la Plaza de los Reyes
Católicos con la avenida central, para más tarde prolongarla hasta
llegar al citado Paseo de Aguilar y Quesada.
Se utilizó para construirla el viejo
Callejón de San Carlos, que arrancaba desde la calle de La Hoya hasta la
Plazoleta de San Telmo. Ya comenté en una crónica anterior, que en este
callejón se hallaba la entrada posterior de la casa de comidas de Dª Carmen
Izquierdo García y un molino de gofio.
Plazoleta de San Telmo y Callejón de San Carlos. Foto cedida por B. Cabo
Ramón
|
El
objetivo fundamental perseguido con la apertura de esta vía, fue proporcionar
una alternativa tanto para la salida como para la entrada a la Avenida de
Colón, sin tener que acceder a través del Paseo de Aguilar y Quesada.
Avenida Obispo Pérez Cáceres. Autor anónimo
|
Ampliación
de la Avenida de Aguilar y Quesada
Como es bien conocido
las Islas Canaria han pertenecido a la Corona Española desde finales del siglo XV, pero
nunca, a lo largo de este periodo de más de cuatro siglos, ningún monarca
español había pisado territorio canario. Hubo que esperar hasta el siglo XX,
concretamente hasta 1906, para que se hiciese realidad la primera visita de un Rey de Españas a las Islas Canarias. Este rey fue Alfonso XIII (1886-1941) y
para llevar a cabo la preparación de su visita, se desplazó a las islas en 1905, el por entonces
ministro de Marina Eduardo Cobián y Roffignac (1857-1918).
Eduardo Cobián y Roffignac (1857-1918).Tomada de Wikipedia
|
En honor a la visita del anteriormente citado
ministro, el por entones recién plantado y popularmente llamado Paseo de las
Palmeras, fue denominado Paseo de Eduardo Cobián. El nombre popular de esta vía se debe a la gran
plantación de palmeras realizada por el gran canario Domingo Aguilar y Quesada
(1834-1914), que por entonces era concejal del ayuntamiento portuense y
ostentaba asimismo un importante cargo en el Hotel Taoro.
A
su fallecimiento, ocurrido en 1914, el ayuntamiento portuense, para honrar su
memoria, decidió dar su nombre al citado paseo, aunque aun hoy sigue siendo
conocido y denominado popularmente como Paseo de las Palmeras. En los primeros tiempos, el paseo era una de
las dos vías peatonales de acceso a la Playa de Martiánez, que como es bien
sabido eran el viejo Paseo de los Tarajales, que como comentamos en una crónica
anterior fue reemplazado por la Avenida de Colón y el Paseo de las Palmeras que
estamos comentando. En las imágenes siguientes se muestra el citado
paseo en los primeros tiempos de su
construcción, pues se aprecia que las palmeras aún no estaban muy
crecidas.
Paseo de Aguilar y
Quesada. Primeras décadas del siglo XX. Cedida por M. Díaz Febles
|
Paseo de Aguilar y Quesada. Años 30-40 del siglo XX. Autor anónimo.
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Avenida de Aguilar y Quesada. Foto Joaquín González Espinosa
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El aumento del
interés mostrado por el pueblo hacia los baños de mar a lo largo de la primera
mitad del siglo XX, hizo que el ayuntamiento decidiese construir una vía segura para que los
automóviles pudieran acceder a la Playa de Martiánez y este acceso se hizo
tomando una porción del espacio que ocupaba el Barranco de Martiánez. En la
siguiente fotografía se puede ver la carretera contigua al Barranco de
Martiánez que durante muchos años fue la única vía para acceder con automóvil a
la Playa de Martiánez.
Vía de acceso a
Martiánez. Mitad del siglo XX. Autor anónimo
|
Con la reforma de la
Zona de Martiánez emprendida por el ayuntamiento portuense bajo la alcaldía de Isidoro Luz Cárpenter, se construyó una nueva vía paralela al Paseo de
Martiánez, que quedó así definitivamente encajado entre dos carreteras, de las
cuales, la más cercana al Barranco de Martiánez se usó como vía de bajada y la
nueva, como vía de subida, quedando así la Zona de Martiánez, perfectamente
comunicada con el casco portuense.
Construcción de la vía de salida de Martiánez. Cedida por M. Díaz Febles
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Construcción de la vía de salida de Martiánez. Cedida por M. Díaz Febles
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Inauguración oficial de las Avenidas de
Martiánez
En una sesión del ayuntamiento portuense celebrada a comienzos de junio de 1961, el alcalde Isidoro Luz Cárpenter informó a los concejales del expediente que se había instruido para llevar a cabo la contratación directa, sin necesidad de someterla a subasta, de la obras de pavimentación de diversas calles de nuestra ciudad, concretamente, las de Aguilar y Quesada (Paseo de las Palmeras; 387.266,45 ptas.), Calvo Sotelo (La Hoya; 106.243,50 ptas.), el Juego (37.777,50), Dr. Ingram (31.905) y Nieves Ravelo (65. 597, 89 ptas.), con los presupuestos, en pesetas, que se indican entre paréntesis, cuyo montante global ascendía a 628.790,34 pesetas.
En una sesión del ayuntamiento portuense celebrada a comienzos de junio de 1961, el alcalde Isidoro Luz Cárpenter informó a los concejales del expediente que se había instruido para llevar a cabo la contratación directa, sin necesidad de someterla a subasta, de la obras de pavimentación de diversas calles de nuestra ciudad, concretamente, las de Aguilar y Quesada (Paseo de las Palmeras; 387.266,45 ptas.), Calvo Sotelo (La Hoya; 106.243,50 ptas.), el Juego (37.777,50), Dr. Ingram (31.905) y Nieves Ravelo (65. 597, 89 ptas.), con los presupuestos, en pesetas, que se indican entre paréntesis, cuyo montante global ascendía a 628.790,34 pesetas.
El alcalde explicó detalladamente a los concejales, los documentos que le había entregado al comienzo de la sesión, comentando que había ordenado
hacer estas diligencias porque tenía el propósito de que las obras de pavimentación de las calles citadas, quedaran
terminadas lo antes posible, para proceder a su nueva apertura, en la inmediata conmemoración del 25
Aniversario del Movimiento Nacional, que se verificaba ese año.
Después de leer el secretario municipal los informes
emitidos por el arquitecto municipal, la Comisión de Fomento, la corporación se mostró conforme
con el contenido de los mismos, y en consecuencia, votó de manera unánime a
favor de la propuesta, que reunía los requisitos legales de que los asistentes
al pleno municipal fuesen igual a mayor que los dos tercios de los concejales
del ayuntamiento. Como los presentes
al citado pleno eran nueve, y sus votos fueron todos favorables, se aprobó por
unanimidad la propuesta. El alcalde quería realizar estas
obras en día tan significado como el 25 Aniversario del llamado Alzamiento
Nacional, para según sus palabras textuales: “como testimonio de la obra realizada por el régimen bajo la égida de
nuestro Caudillo, exponente de la más genuina fecundidad del Movimiento
Nacional, ante un acontecimiento tan singular que se le ofrecía como homenaje a
nuestro insigne Caudillo”.
Se acordó finalmente, que las obras
de referencia se realizarían por contratación directa con el contratista Luis
Díaz de Losada, ajustándose a los precios referidos y a los pliegos de
condiciones que en otras ocasiones se habían utilizado para esta clase de
trabajos
Discurso del alcalde en
la inauguración oficial de las obras
A
continuación, por su interés y por los datos que proporciona, transcribo textual y casi completamente, la parte del acta
de la sesión municipal celebrada el día 21 de julio de 1961, en la que Isidoro
Luz Cárpenter, informó del
desarrollo de los actos organizados para la celebración del XXV Aniversario del
Alzamiento Nacional y aunque asistieron casi todos los concejales, el
presidente manifestó su deseo de que constara este hecho en acta. Por su
interés, dado que transmite una importante información sobre el devenir de las
avenidas inauguradas y permite conocer la retórica utilizada durante la época de la dictadura, transcribo literalmente la parte del acta referida al
discurso pronunciado por el alcalde durante el acto del citado acto
oficial.
“En la ciudad de Puerto
de la Cruz, a 21 de julio de 1961, y a las nueve horas, se reúnen en el salón
de actos de la salas consistoriales, el Excmo. Ayuntamiento, en pleno, bajo la
presidencia del Sr. Alcalde, D. Isidoro Luz Cárpenter, con la asistencia de los
señores concejales Pedro González de Chaves y Rojas, Manuel García Yanes,
Francisco García, Pablo Hernández Herrera, Juan Méndez Reverón, Imeldo Bello
Baeza, Agustín Carrillo Hernández, Antonio León González, José Hernández
Miranda, Enrique Talg
Wyss, Francisco Perera Acosta y del secretario autorizante Manuel Florián Tomás
Ibáñez, al objeto de celebrar sesión
extraordinaria en primera convocatoria, según el orden del día cerrado al
efecto no excusando su asistencia el concejal Pedro Acevedo Hernández.
El
segundo punto del orden del día de la sesión trataba sobre la inauguración de
obras con motivo del XXV Aniversario del Alzamiento Nacional y el señor
alcalde, solicitó al secretario hiciera una relación pormenorizada de los
asistentes, entre los que se encontraban distinguidas autoridades como el Gobernador
Accidental Juan Ravina Méndez, el
General Gobernador Militar Sr. Roldán Lafuente, quien ostentaba la
representación del Excmo. Sr. Capitán General de Canarias, el Comandante
Militar de Marina, Ginés Sanz García de Paredes, el Juez de Primera Instancia
de La Orotava, Armando Barrera, con la representación del Presidente de la
Audiencia Provincial, Jorge Menéndez Rodríguez, Presidente accidental del
Cabildo Insular, el arquitecto José Fraile, enviado especial de la Sección de
Urbanismo, Leoncio Oramas Díaz-Llanos, ingeniero jefe del distrito forestal,
Efraín Paredes Pacheco, cónsul de Venezuela, Padre Lucinio de la Cueva,
superior de la padres agustinos, en representación del Excmo. Rvdo. Obispo de
la Diócesis, Antonio Ascanio Monteverde, juez de paz del Puerto de la Cruz
Antonio Ascanio Monteverde, Santiago Padilla Febles, alcalde de La Victoria,
Juan Cullen y Lugo, representando al ayuntamiento de La Orotava, Sr. Torrents,
jefe del sector aéreo y otras autoridades y representaciones. Ocupaba lugar preferente
la distinguida dama Dª Corina Fernández Cullen, propietaria de los terrenos de
Martiánez y demás propietarios interesados. La Corporación Municipal en pleno,
concurrió a este acto.
El
secretario de la corporación Manuel Tomás Florián Ibáñez dio lectura a los
acuerdos municipales mediante los que se denominaba Avenida Generalísimo Franco
y calle de Obispo Pérez Cáceres, las vías de acceso a los Llanos de Martiánez y
la calle nº 11, respectivamente, así como a los siguientes telegramas
recibidos: “Secretario de Su Excelencia el Jefe del Estado y Generalísimo a
Isidoro Luz Cárpenter, Alcalde. Dada cuenta a su Excelencia Jefe del Estado y
Generalísimo de su carta fecha 14-VII-1961, agradece su atención y la del
ayuntamiento de dar Avenida Generalísimo Franco, a la vía más importante de la
ciudad. Saluda a todos atentamente”.
El
Excmo. y Rvdmo. Sr. Obispo de la Diócesis Sr. D. Domingo Pérez Cáceres,
transmitió el siguiente mensaje.”Agradezco de todo corazón generosos acuerdos
del dignísimo Ayuntamiento que tan dignamente preside. Estado de saludo
impídeme asistir. Nos representará Superior Agustinos esa Residencia.
Cordialmente bendiciones Obispo”.
Calle San Carlos. Autor
anónimo
|
Seguidamente, el señor alcalde pronunció un importante discurso
que transcribimos a continuación: “Excmos. e Ilmos. Sres., queridos amigos y
pueblo en general: Dentro del marco de nuestras tradicionales Fiestas del Gran
Poder de Dios y Virgen del Carmen, se cumple el XXV Aniversario del Glorioso
Movimiento Nacional, raíz del régimen más fecundo de nuestra historia patria.
La conmemoración de tan glorioso acontecimiento tenía que destacarse en nuestro
municipio, mediante la inauguración de unas obras que constituyen por si solas
las más elocuentes palabras de salutación a nuestro Caudillo, rector magnífico
de los destinos de España tanto en la guerra como en
Construcción Avda. del Generalísimo. Autor anónimo |
En este acto, vamos a celebrar la terminación de las obras de urbanización de
la Zona 4ª, Plan Urbanizado (Martiánez), magnífico Polígono Residencial del
Plan de Ordenación Urbana que oficialmente se abren hoy al público estas vías,
que prueban la efectividad de nuestra política, en cumplimiento de los
postulados del Gobierno.
Construcción Avda. del
Generalísimo. Autor anónimo
|
El Polígono de
Martiánez comprendía unos 75.000 m2, de los cuales 10.000 m2
se han destinado a viales y han sido cedidos gratuitamente por sus propietarios
D. Pedro Fernández Perdigón y su hermano Sebastián Fernández Perdigón (qepd),
sin que este último haya podido ver estas realizaciones y a quien le dedicamos
un cordial recuerdo. La ejecución de la urbanización ha podido ser una realidad
merced a la vigencia de la Ley del Suelo de 12-V-1956 que pregona la función
social de la propiedad estableciendo fórmulas para compaginar los intereses
públicos con los particulares como en esta ocasión se ha producido con una
magnífica compenetración.
Construcción Avda. del Generalísimo. Autor anónimo |
No
puedo silenciar en estos momentos los rasgos patrióticos que hemos vivido, de
los que ha dado pruebas un humilde propietario local, que es dueño de un
pequeño solar de 600 m2 y que se ha dignado a ceder 212 m2,
afectados por esta amplia avenida sin querer percibir un céntimo por la parte
de la parcela que hoy es vía pública. Me refiero a D. Gonzalo Melchor Cáceres
Cáceres, que si en nuestra Cruzada se alistó desde el primer momento en edad
madura, contribuyendo con su patriotismo a la causa nacional, ahora en la paz,
los sentimientos siguen con la misma ejecutoria de la más digna y desinteresada
adhesión al engrandecimiento de la Patria.
La inauguración oficial la circunscribimos a la Avenida
del Generalísimo Franco, primer tramo de la vía de penetración a la ciudad,
Avenida de Aguilar y Quesada, transformada de la noche a la mañana en un
espléndido boulevard, calle de Venezuela y la calle dedicada a nuestro
amadísimo Obispo Pérez Cáceres, quien no ha podido asistir por la enfermedad que
le mantiene en cama y estas vías en unión de la Plaza de los Reyes Católicos y
la Avenida de Colón, colman la ciudad nueva y turística que ofrece un
maravilloso porvenir.
Hace dos años y medio (o sea, en febrero de 1959) tuvimos la
satisfacción de abrir al público la Avenida de Colón y la Plaza de los Reyes
Católicos y el ayuntamiento de mi presidencia esperaba que los Señores
Fernández Perdigó, propietarios únicos de Martiánez, realizaran la apertura y
urbanización de las restantes vías, ante la creciente demanda de sus terrenos
en calidad de solares, pero se hizo necesario que el ayuntamiento a
requerimiento de lo acordado por el Comisario de Vivienda y Urbanismo
Provincial de Servicios Técnicos, encargara al arquitecto municipal el
27-VI-1960, la redacción de unos polígonos de expropiación para llevar a cabo
la política impuesta por el Gobierno de facilitar la construcción de viviendas
y fomentar la actuación urbanística. El proyecto fue aprobado por la
corporación municipal el 3-VIII-1960 manifestando el interés de acogerse a la
urgencia de expropiación regulada en el Art. 52 de la Ley.
En sesión
celebrada por el cuerpo capitular el 28-XII-1960 se dio a conocer que los Sres.
Fernández Perdigón estaban procediendo a la venta de terrenos que daban a las
Avenidas en proyecto sin que se hubiese realizado la parcelación preceptiva de
la finca, creando evidentes problemas al municipio para el progreso urbanístico
de la ciudad, acordándose suspender cualquier licencia de obras que se
solicitara si los terrenos no reunían la condición de solares que exige el Art.
63 de la Ley del Suelo y ante estos hechos se acordó conceder un plazo de tres
meses a los propietarios del Polígono Martiánez, para que previa la realización
de los oportunos proyectos, comenzaran las obras de urbanización, pues de lo
contrario actuaría el ayuntamiento mediante el sistema de ejecución directa.
Este acuerdo se hizo público mediante inserción de anuncios en periódicos
provinciales y dio como resultado el que los señores Fernández Perdigón, acogiéndose a la invitación del ayuntamiento buscaran la fórmula, en
colaboración con los demás propietarios interesados y bajo los auspicios del
municipio para que se llevasen a cabo tan importantes obras.
Inauguración de la
Avenidas de Martiánez. 18-VII-1961.
Cedida por J. A. Marrero Córdoba
En la financiación de la Avenida del Generalísimo han
contribuido los Sres. Fernández Perdigón con el 75% del importe de la
urbanización y el otro 25%, los propietarios de parcelas de la otra fachada, el
Hotel Las Vegas, D. Marcial Lem, Sr. Christian, Manuel Yanes, Hoteles de
Tenerife S.A, señores Fernández y el ayuntamiento.
En la calle Pérez Cáceres, el 50% el Hotel Las Vegas, el
25% los propietarios D. Nemesio y D. Otelo González Expósito. D. Valentín
Flores, D. José Martín Martín y el ayuntamiento añadió el otro 25 %. La calzada interior de la Avenida de
Aguilar y Quesada la abonaron íntegramente los señores Fernández Perdigón, y la
calzada exterior y el paseo central el ayuntamiento.
La Avenida de Venezuela ha sido a cargo del Sr. Manuel
Yanes Barreto el 50% y el otro 50% ha corrido a cargo del Hotel Valle-Mar, Sr.
Christian y Marcial León.
Inauguración de la
Avenidas de Martiánez. 18-VII-1961.
Cedida por J. A. Marrero Córdoba
|
Con estas obras los Sres. Fernández Perdigón están en
condiciones de poner a la venta los
terrenos resultantes, magníficos solares de porvenir excepcional y en donde
encontrarán con creces la compensación económica de los gastos realizados. La
extensión de los solares y los precios que rigen en el mercado local hablan por sí solos del objetivo conseguido con estas realizaciones.
Además se inauguran también hoy el Matadero Municipal, la
pavimentación de la calle Calvo Sotelo (La Hoya), que abonan los propietarios
de los inmuebles allí radicados conjuntamente con el ayuntamiento. La calle del Rey (después
Sargento Cáceres) costeada íntegramente por el Sr D. José Manuel Sotomayor Carmona, la
calles de Nieves Ravelo y El Juego, por los propietarios de las casas y el
ayuntamiento, y las de Pérez Zamora y parte de Mequínez por Transportes de Tenerife
S.L. A todos, reitero una vez más nuestro profundo agradecimiento.
Así, con la sencillez
que describo y con la maravillosa colaboración de los señores concejales y
técnicos municipales, cuya unión fructífera pregono a los cuatro vientos, y
contando con el destacado contratista D. Luis Díaz de Losada, en cien días,
hemos dado fin a una empresa que era la aspiración de todos mis convecinos
amantes del progreso de la ciudad y se la ofrecemos hoy al Caudillo como
homenaje de nuestra inquebrantable adhesión en esta conmemoración de los cinco
lustros del Alzamiento Nacional.
Y para terminar deseo
hacer constar nuestro agradecimiento a las autoridades, tanto civiles como
militares y eclesiásticas, así como a la Dirección General de Urbanismo, que se
ha dignado enviar una representación especial en la persona de D. José Fraile,
destacado técnico urbanista, cuya presencia ha dado realce a este acto que
constituye un hito, el más importante, del progreso urbanístico de nuestro
querido Puerto de la Cruz.
El
discurso terminó con los gritos de rigor de la época que eran los
clásicos ¡Viva Franco¡ ¡Arriba España¡ y al terminar su disertación, D.
Isidoro Luz Cárpenter, se procedió seguidamente a la ceremonia de bendición de
las nuevas avenidas, descubriendo la lápida de la Avenida del Generalísimo, el
Excmo. Sr. D. Arturo Roldán Lafuente, Gobernador Militar, procediendo asimismo
al tradicional corte de la cinta, abriéndose al tráfico dicha vía.
Inauguración de la
Avenidas de Martiánez. 18-VII-1961.
Cedida por J. A. Marrero Córdoba
|
El
Gobernador Civil accidental D. Juan Ravina Méndez tuvo a su cargo idéntica
función al ser bautizada la calle del Obispo Pérez Cáceres, y el cónsul de
Venezuela D. Efraín Paredes Pacheco cortó la cinta simbólica que daba acceso a
la Avenida de Venezuela. Finalmente. el representante especial de la
Dirección General de Urbanismo, Sr. José Fraile, abrió el acceso a la
espléndida Avenida de Aguilar y Quesada. Al término de las inauguraciones, el
Cónsul de Venezuela ofreció a las autoridades, representaciones y colonia
venezolana de la isla, una copa de vino español en el Hotel Valle-Mar.
Me parece digno de mención, que a pesar de los conflictos de intereses mantenidos entre el ayuntamiento y los hermanos Sebastián y Pedro Fernández Perdigón a propósito de la urbanización del Polígono de Martiánez, poco tiempo después el propio Isidoro Luz Cárpenter elevase al pleno municipal una propuesta que fue aceptada por unanimidad de designar una calle de nuestro municipio con el nombre de Hermanos Fernández Perdigón, como así se hizo.
La prolongación de la
Avenida del General Francisco Franco
En sesión del ayuntamiento se dio cuenta del
proyecto de ampliación de la Avenida del Generalísimo, que en su primer tramo, como ya comenté anteriormente, sólo llegaba hasta la calle de La Hoya, que por entonces se denominaba Calvo Sotelo. Entre los planes del ayuntamiento figuraba la urbanización
del sector comprendido entre la Avenida del Generalísimo Franco y el nuevo
surtidor de la Empresa Disa, situado en la llamada Punta de la Carretera y que había
sido construido por el tantas veces citado constructor portuense José Manuel
Sotomayor Carmona. La urbanización de este sector comprendía el espacio situado
entre las calles Obispo Pérez Cáceres, Dr. Pisaca y Lomito, y a tal fin se
realizó un proyecto, que fue redactado por el arquitecto D. Luis Cabrera
Sánchez Real y aprobado por la Comisión Provincial de Urbanismo, en su reunión
de 22-IV-1963.
Una vez obtenida la aprobación, la realización de
esta ampliación de la citada Avenida del Generalísimo, implicaba la iniciación
de un expediente de expropiación, pues la zona en cuestión tenía
numerosas casas y fincas, algunas de los cuales todavía estaban en explotación
en el cultivo del plátano. Por esta razón el ayuntamiento, acordó por
unanimidad, iniciar el oportuno expediente de expropiación forzosa de las
fincas comprendidas en el Proyecto desde la Planta Eléctrica, hasta la calle de
Zamora, incluida la Plaza que se pensaba establecer en este lugar.
Se acordó además que se hiciera con carácter de
urgente, la oportuna tramitación administrativa y que para que surtiese efecto,
el ayuntamiento solicitase de los propietarios afectados, que en el plazo de 15
días hábiles, comunicasen al ayuntamiento el precio en que estimasen sus
propiedades, para que de conformidad con lo determinado por la Ley de Régimen
Local y Ley y el Reglamento de Expropiación Forzosa, el ayuntamiento, previo
informe del arquitecto municipal, acordase si procedía aceptar o rechazar las
proposiciones de precios solicitadas por los propietarios.
Después
de examinados y resueltos los recursos presentados por los propietarios de la
zona, el ayuntamiento llevó a cabo la extensión de la Avenida del Generalísimo, cuyas obras fueron adjudicadas en 1967 con carácter de urgencia, al tantas veces mencionado constructor Luis Díaz de Losada, cerrándose así la remodelación de la zona comprendida entre la Punta de la Carretera y la Playa de Martiánez. La citada vía constituyó a partir de su inauguración el principal acceso desde el caso municipal a la Zona de Martiánez, en tanto que la calle de Valois se convirtió en la vía de salida de la citada zona en dirección al pueblo.
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