En
las anteriores crónicas narré tanto el origen del Peñón de Blanco, como su
posterior evolución al ser propiedad posteriormente de Pedro de Armas, a quien le fue adjudicado como pago a algunas
reformas que ejecutó en el Peñón por encargo municipal, para terminar siendo
propiedad de la familia Fumero. En esta crónica abordaré sus últimas
vicisitudes, hasta su completa desaparición, citándolo como Peñón de Fumero, al
ser esta familia su última propietaria, hasta su total destrucción.
La
Visita de Olivia Stone al Puerto de la Cruz
Otra
ilustre visitante de nuestro pueblo fue Olivia Stone, quien vino a bordo del
vapor Paraná y desembarcó en Tenerife el 5 de septiembre de 1883, es decir, un
poco más de un cuarto de siglo más tarde que el matrimonio Piazzi Smyth. Olivia
Stone [1] vino a las Islas Canarias acompañada por su esposo, Harry Stone, un
reputado fotógrafo londinense. Llegaron a Santa Cruz en septiembre de 1883 y
abandonaron el archipiélago en febrero de 1884, después de haber recorrido
todas las islas.
Olivia Stone |
En 1876, el matrimonio Turnbull arrendó la casa
de Antonio Pérez Silva, situada en el número 8 de la de Las Cabezas, la actual calle
Blanco, justo en la esquina de esta calle con la actual calle Dr. Ingram, que
en aquella época recibía el nombre de calle de El Sol. La casa sigue
perfectamente conservada y actualmente pertenece a los herederos de la Familia
Bazo.
Pensión Turnbull en la calle de Las Cabezas, actual Blanco. Dibujo de Olivia Stone |
Casa de la Familia Bazo, antigua Pensión Turnbull. Foto cedida por Rafael Llanos Penedo |
Harry
Stone realizó durante su estancia en las Islas Canarias un grupo de
fotografías, pero la que más nos interesa en esta crónica, es la que realizó al
Peñón de Armas desde la calle Nueva, como prueba inequívoca del impacto que
esta roca causó en el matrimonio.
Peñón de Blanco en 1885. Foto Harry Stone. Tomada del libro "Tenerife y sus seis satélites". |
La
foto anterior junto con otras quince de diferentes lugares y pueblos del
archipiélago, así como los comentarios de Olivia Stone, aparecen en el libro que la escritora inglesa publicó en
1887 en Londres. Este libro, titulado
“Tenerife and its six satellites”, fue publicado
en su primera edición. por Oriel House, Farrington Street, E.-C. Londres como
un único volumen pasando a dos en la segunda edición.
El
título del libro, que traducido al español es “Tenerife y sus seis satélites”, es claramente alusivo a la
preponderancia que por aquel entonces, la isla de Tenerife tenía frente a las
restantes seis islas principales del Archipiélago Canario, que conviene no olvidarlo,
por aquella época era una sola provincia con capital en Santa Cruz de Tenerife
[4]. El libro ha sido traducido al español y publicado en dos volúmenes, por el
Cabildo Insular de Gran Canaria en 1995.
Portada del libro de Olivia Stone, "Tenerife and its six satellites"
|
O. Stone y su marido vinieron al Puerto de la Cruz, después de recorrer Santa
Cruz, La Laguna, La Matanza y La Victoria, como escala de paso casi obligada,
para buscar un guía y realizar el ascenso para ver el Pico Teide y de paso,
visitar el Jardín Botánico. En su libro hace el siguiente comentario sobre su
corta estancia en nuestro pueblo:“La
carretera asfaltada termina a la entrada del pueblo, el Puerto de la Cruz, como
ocurre en La Laguna, y recorremos las calles, mal pavimentadas traqueteando
horriblemente, aunque no está tan mal como en aquella ciudad. La Plaza y las
casas están adornadas para una fiesta que se celebra hoy, algo muy habitual.
Siempre se celebra una fiesta en algún sitio.
No
lejos del muelle y un poco más allá de la plaza se encuentra la casa de
huéspedes del Sr. Turnbull, a donde llegamos al mediodía. Es el único hotel
regentado por ingleses en todo el archipiélago [5]. La casa es tranquila y sin pretensiones,
al estilo habitual de las casas de huéspedes, y admiten a cualquier viajero
inglés aunque sólo se hospede una noche. Cobran ocho chelines al día, o menos, si es por una semana. La Sra. Turnbull es muy gentil y atenta. La comida es
buena pero hay poca variedad de verduras o fruta, y poca leche, algo que no
debería ocurrir en este Jardín de las Hespérides. Dicen que se debe a que no
hay mercado y a la dificultad para convencer a las familias españolas de clase
alta que poseen huertas para que vendan sus excedentes. Raramente se consigue
leche de vaca, debido a la falta de pastos, pero puede conseguirse leche de
cabra en gran cantidad si se realizan las gestiones necesarias. Aquí la leche
de cabra no parece tener un sabor tan fuerte como en Inglaterra; de todos modos
uno se acostumbra….”
A
propósito de la afirmación de O. Stone “Es
el único hotel regentado por ingleses en todo el archipiélago”, me parece
oportuno citar que en A. Rixo comenta en sus Anales [6]: “En este año 1814 se estableció aquí la primera fonda por cierto
carpintero inglés apellidado Jackson, calle de Zamora número 23. Antes era
preciso a los forasteros acomodarse en los conventos, si acaso no venían
recomendados a casas de particulares. Este hombre juntó aquí dinero y se marchó
para la América del Sur, donde acabó de enriquecerse. Lo más esencial de su
estado en Tenerife fue que nuestros artesanos le observaron el método de
pulimentar las madera y el uso de algunas herramientas de las cuales en el país
no se tenía idea y adoptadas hoy hacen todo mejor”. Evidentemente, no era
un hotel, pero creo interesante añadir este dato, para poner de relieve que el
Puerto de la Cruz, en cierto sentido, ya era pionero en lo relacionado con el
alojamiento de forasteros desde comienzos del siglo XIX.
La casa que menciona A. Rixo en el
anterior comentario todavía existe, aunque se halla en un deplorable estado de
conservación. Está situada entre la calles Zamora e Iriarte, con entrada por la
primera calle. Perteneció a una señora soltera llamada Dª Valeria, que a su
muerte, a pesar de tener parientes cercanos residentes en el Puerto de la Cruz,
legó sus propiedades a la Iglesia, institución que hasta el momento, no se ha
ocupado en mantener la casa en un buen estado de conservación.
Antigua Fonda Jackson, entre las calles Zamora e Iriarte. Foto de autor anónimo |
El guía en cuestión era Lorenzo García López, apodado "El Morisco", y era un experto en todo lo referente a la subida del Teide, tal como se anunciaba en la Guía Brown, donde afirma que era guía autorizado y tenía 22 años de experiencia en el oficio. Vivía por entonces en la Calle del Castaño, la actual calle de Nieves Ravelo, lo que encaja perfectamente con el relato de O. Stone, pues las citadas calles están paralelas y seguidas. Se comprometió a buscarles tres caballos para una gira de una semana, a razón de 5 chelines al día por caballo, cobrando aparte, la comida para los hombres y los animales. Todavía existe descendencia de esta familia en el Puerto de la Cruz.
Lorenzo García López, alis El Morisco. Foto cedida por MMM-Ball |
Anuncio de Lorenzo "El Morisco" publicado en la Guía Brown. Foto cedida por MMM-Ball |
Evidentemente,
O. Stone se refiere en su comentario a Germán Wildpret, un suizo que llegó a
Tenerife, donde se casó con Dª Luisa Duque Suárez. Fue director del Jardín
Botánico y tuvo varios hijos, tres de los cuales que han dejado descendencia que hasta hoy se
conserva, una parte de ella en el Puerto de la Cruz y otra en Santa Cruz.
Familia Wildpret-Duque. Dª Luisa Duque Suárez, D. Hermann Wildpret, y sus hijos Gustavo, Luisa y Guillermo. Foto cedida por Guillermo Wildpret Machuca |
Portada de entrada a la casa del Marqués de la Candia, en La Paz. Acuarela de Ellia du Cane. |
Sito Pardo, antes Sitio Litre. Autos anónimo |
El Peñón de Fumero
En
la segunda mitad del siglo XX, el risco que venimos comentando en las dos
crónicas anteriores, era conocido como Peñón de Fumero, en clara alusión a sus
propietarios, al igual que ocurrió en el pasado con las otras denominaciones. No
he podido averiguar cómo y cuando la propiedad del Peñón de Armas pasó a manos
de la Familia Fumero, pero ésta lo mantuvo en sus manos, junto con una
pequeña finca de platanera que se hallaba al lado, hasta casi finales del siglo
XX.
Foto del Peñón de Fumero, tomada desde la calle Puerto Viejo. Autor anónimo |
Calle de Puerto Viejo, en su cruce con La Verdad. Al fondo el Peñón de Fumero engalanado por las Fiestas de Julio |
Poco tiempo después de la venta de la
propiedad que esta familia realizó a una empresa de construcción de viviendas,
el Peñón de Fumero fue fácilmente eliminado en relativamente poco tiempo,
usando un taladro eléctrico movido por un compresor de aire, lo que puso de
relieve que esta roca no estaba fuertemente anclada a gran profundidad sobre el
suelo firme, sino que como comentamos al principio de las crónicas, vino
desplazándose sobre la corriente de lava hasta quedar depositada sobre el
suelo. En la foto que sigue a continuación, se aprecia el momento en que se
estaba llevando a cabo el derribo del Peñón de Fumero. Esta foto me ha sido
suministrada por mi buen amigo Bernardo Cabo Ramón, a quien públicamente
agradezco su deferencia.
Destrucción del Peñón de Fumero. Foto cedida por Bernardo Cabo Ramón |
Fachada del edificio Esmeralda Peñón, con la vieja Cruz. Foto propia |
[1]
La protagonista de este relato se llamaba de soltera Olivia Mary Hartrick
(1885-¿?) y después de su matrimonio con Harry Stone, tomó ya como nombre
Olivia Stone, que es con el cual fue conocida como escritora y que ha llegado
hasta nuestros días. Véase al respecto el artículo de Daniel Pulido, “Olivia Stone: Aproximación a una biografía desconocida. El Día, 15-II-2015.
[2]
La yarda es una medida inglesa de longitud equivalente a 914,3975 metros. El
recorrido de 50 yardas equivale a casi 4,6 kilómetros.
[3]
Un pie es una unidad de longitud anglosajona equivalente a 12 pulgadas, o sea 0,3048
m, por lo que 60-70 pies equivalen a 18,30-21,33 metros.
[4] La división del Archipiélago Canario en
dos provincias, tuvo lugar en 1927, bajo el reinado de Alfonso XIII, siendo Presidente
del Consejo Ministros Miguel Primo de Rivera.
[5]
En el libro de O. Stone, hay una nota a pie de página que dice: “Después de escribir esto se
ha inaugurado un hotel regentado por ingleses en Las Palmas, Gran Canaria,
además de un sanatorio en La Orotava, propiedad de una compañía llamada la
“Orotava Grand Hotel Company”. Olivia
Stone se refiere al que luego fue el Hotel Martiánez, que estuvo instalado al
final de la calle Valois, en el cruce de esta calle con la de La Hoya.
[6]
Anales, p. 253-4.
[7] Se refiere al Puerto de la Cruz, pero conviene no perder de vista que el siglo XIX, todavía se seguía citando a nuestro pueblo como Puerto de la Orotava.
[8] Se refiere al Sitio Litre,
que por estos años también era conocido como Sitio del Pardo. El nombre original del sitio deriva del apellido
de su primer poseedor Archibald Little, comerciante que vivió en el Puerto de
la Cruz muchos años, en una hermosa casa de la calle de San Juan, que luego
perteneció a la Familia Reimers y que aún se conserva.
[9] Charles Smyth compró el Sitio
Litre en 1852 y lo denominó Sitio del Pardo. Perteneció a su familia hasta
1996, momento en que el empresario John Lucas lo compró a su biznieta Molly
Abercombie-Smyth. Ver Sitio Litre, parada y fonda en el camino, escrito por el Dr. D. José Luis García
Pérez.
[10]
Se debe entender el Puerto de la Cruz, que por esta época todavía estaba bajo
la jurisdicción de La Orotava.
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