Escribí
en el artículo anterior acerca del desaparecido Peñón, primero de Blanco, después
de Armas y finalmente de Fumero, cuyo nombre fue cambiando a medida que variaba
su propietario y comenté que desapareció por la acción de la piqueta
urbanística, para construir en su lugar un edificio de nuevo cuño, llamado
Edificio Esmeralda Peñón, con varias plantas y un sótano garaje.
Trataré
en este nueva crónica, de uno de los otros dos peñones que afortunadamente aún
se mantienen en pie, concretamente el conocido como Peñón del Calvario, o
simplemente El Calvario.
El Calvario
Ya
comenté que no fue el Peñón de Fumero la única roca de origen volcánica que se
quedó anclada tierra adentro, después de la erupción del volcán de la Montaña de
la Horca. Podemos citar también El Calvario, otra masa de roca situada frente a
la Iglesia de La Peñita, menos visible que el Peñón de Fumero, pero que todavía
se mantiene en pie.
Su
origen es idéntico al comentado en el artículo anterior sobre el Peñón de
Fumero, por lo que no volveré a insistir sobre este tema, pero hay una
diferencia importante que merece ser comentada. El Peñón de Fumero era macizo
desde su base hasta su cúspide, pero el Peñón del Calvario que comento en esta crónica,
tenía desde sus inicios una gran cavidad en su interior, que por la ocupación y
uso que se le fue dando, se fue excavando para aumentar su tamaño, como
comentaremos con detalle más adelante.
En
realidad, aunque se trata de una peña o roca de origen volcánico igual que la
ya reseñada en el artículo anterior, jamás ha sido conocida con un nombre
similar, sino más bien siempre se le ha descrito como El Calvario, por haberse
situado en la cavidad que quedaba debajo de la roca en torno a la última mitad del
siglo XVIII, los símbolos típicos de tales lugares que se encuentran
prácticamente en todos los municipios de la isla, que en su primeros momentos
fueron tres cruces expuestas a la intemperie, en una clara alusión a la imagen típica de la crucifixión de Jesucristo.
Me
parece oportuno reseñar que originalmente, a principios del siglo XVII, el
Calvario del Puerto de la Cruz estuvo situado en unos terrenos propiedad del regidor orotavense Francisco de
Franchy Alfaro, tal como se recoge en su testamento, realizado el 27 de
septiembre de 1647. El primitivo
Calvario estaba situado, según parece, muy cerca de la ermita de San Juan Bautista,
es decir en la calle de San Juan, y por esta razón, la zona citada se llegó a
conocer como Plaza del Calvario, lugar que aproximadamente, coincide con la
actual Plaza del Dr. D. Víctor Pérez, que anteriormente a 1900, era conocida
popularmente como Plaza de San Francisco.
El
Calvario permaneció en su ubicación antigua, aproximadamente hasta la década de
los años 1760. Según se cree, fue trasladado a su actual ubicación en torno a
1766, y desde entonces permanece allí, frente a la ermita de la Virgen de la
Peñita, que por entonces ya estaba construida. Una vez establecida la sede en
este lugar, se colocaron tres cruces en su interior, se puso una balaustrada de
madera y posteriormente, se cerró el recinto con un techo y se baldosó el piso [1].
En
las fotos que incluyo a continuación, podemos ver una imagen muy antiguas del
Calvario, que data aproximadamente de finales del siglo XIX. En la primera de
ellas, se aprecia que el Calvario, que está inmediatamente delante de la roca y
apoyado en ella, se hallaba cerrado por una construcción de madera.
Calle de San Felipe y el Calvario, a cuya
espalda se ve el peñón. Foto Charles Piazzi Smith. 1856. Cedida por Alejandro
Carracedo Hernández
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Agradezco
a mi buen amigo Alejandro Carracedo Hernández el haberme proporcionado esta
foto, la más antigua que conozco de la zona del actual Calvario. La fotografía fue
realizada en 1856 por el astrónomo Charles Piazzi Smyth, cuya estancia en la
isla narramos en una crónica anterior.
El
cronista portuense A. Rixo al hablar de la epidemia de fiebre amarilla que
azotó el Puerto de la Cruz en 1811, menciona [2] que.”Cuando faltaron manos para enterrar a los muertos, los vecinos que
estaban fuera, sin dar parte al alcalde [3],
hicieron bajar de la villa de La Orotava unos prisioneros franceses para que
desempeñasen este triste ministerio. Dicen que ellos vinieron sin repugnancia,
y se les atendió por este Ayuntamiento con alimentos y alojamiento.; el uno en
el mismo Calvario y otro en la calle de San Juan”.
Más
adelante, concretamente en 1813, vuelve A. Rixo a mencionar el Calvario [4],
comentando: “Una de las noches de Semana
Santa apareció cierto penitente entrándose en la iglesia. Vestía una túnica
blanca, llevando a cuestas una gran cruz, que tomó de la casa que hace esquina
entre las calles de Santo Domingo y de la Oposición [5]. Admiráronse las gentes por ser acto desusado desde 28 a 30 años y les
fueron siguiendo por averiguar quién era. Pero el disfrazado que se vio
seguido, tomó por la calle de San Felipe adelante, dejó la Cruz en el Calvario,
corrió y desapareció. Sus pies y tobillos parecían delicados, lo cual dio motivo
a sospechar fuese travesura de cierto joven bien conocido y bien poco
penitente. Dicha Cruz se volvió a colocar en su sitio, donde permanece”.
Finalmente
en 1836, aparece la última mención [6], muy breve:”El ocho de julio amanecieron en este Puerto quitadas de su lugar y
puestas en el suelo mucha cruces de las que se sirven para rezar el viacrucis
en dirección al Calvario. La cita termina con la frase “También se han indicado los autores”, pero prudentemente A. Rixo
no menciona sus nombres.
Llegado
a este punto me parece interesante volver a traer a colación los comentarios
que O. Stone [7] hace en su ya citado libro “Tenerife y sus seis satélites” acerca
del Calvario portuense. “Volvemos a la
ciudad por la zona denominada La Ranilla, La calle es ancha, pavimentada con
los desagradable guijarros, y las casas a cada lado son pequeñas y de una
planta…. Un poco más allá, bajando unas cincuenta yardas por una calle, hacia
el sur, vemos otra de estas burbujas solidificadas; la parte que da hacia
nosotros está hueca y parece una cueva. La primera tiene una gran cruz en la
parte alta y delante de ella, dando hacia la calle, se ha construido un
“calvario”, Su aspecto desde el otro lado es llamativo. Toda la parte frontal
está formada por tiras de madera, colocadas verticalmente en hileras, de tal
modo que parece una enorme jaula de zoológico. Contiene varias cruces y los
ornamentos habituales, además de utilizarse como almacén para los farolillos de
papel que se cuelgan en las noches de fiesta”.
Detalle del Plano del P. de la Cruz hecho por Madoz. 1849. Coloreado por R. Afonso Carrillo |
Muestro
a continuación un dibujo esquemático realizado por un miembro de la Cofradía en el que se da una imagen frontal del Calvario tal como
estaba en 1856, en bastante consonancia con la foto de Charles Piazzi Smyth y vemos que su
representación es muy acorde con la descripción que de este lugar da Olivia Stone
en 1883.
Dibujo
de la imagen frontal del Calvario en 1856. Dibujo hecho por un miembro de la Cofradía
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He
podido conseguir otra imagen antigua del exterior de nuestro Calvario, que me
fue cedida por Manuel Martínez Martín o abreviadamente, como a él le gusta
citarse MMM-Ball, en clara alusión a su antepasado el Dr. Carlos Ball, que
vivió en nuestro pueblo en las primeras décadas del siglo XIX, tal como recoge
A. Rixo en sus Anales. Así, en 1825 cita [8]:”Por este tiempo don Carlos Ball deseoso de hacer bien vacunó 250
personas, pero habiendo llevado apunte de sus nombres, la plebe desconfió no
fuese con alguna idea y no le volvió
nadie allá”. Otra cita aparece en 1830 en los mismos Anales [9]: “En este año se estableció en este pueblo la
primera botica, por don José Barriuso, natural de Galicia. Antes había surtido
de medicinas al vecindario don Carlos Ball, con anuencia del Ayuntamiento desde
1817, en clase de droguista, cuya ocupación le fue preciso dejar ahora”
Panorámica desde el Peñón. En
primer lugar, la calle de San Felipe Autor anónimo. Finales del siglo XIX. Cedida por MMM-Ball
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Retomando el tema de la otra imagen del
Calvario, fijaré mi atención en esta foto que me parece está tomada desde el
Peñón del Fraile y que nos ofrece una vista panorámica de parte del Barrio de
La Ranilla de nuestro pueblo, probablemente en la últimas décadas del siglo XIX. El
examen de esta última foto, parece indicar que ya a finales del siglo XIX, el
Calvario se encontraba techado, pero que todavía quedaba relativamente lejano
de la roca y no casi empotrado en ella, como se encuentra actualmente, en buena
concordancia con la foto de Charles Piazzi Smyth, citada anteriormente.
Detalle de la foto anterior
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Detalle en el que se aprecia bien
la roca donde se situó el Calvario y la calle de San Felipe a la altura de la
iglesia de La Peñita.
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El
coste de la obra, según el presupuesto elaborado el 23 de septiembre de 1927,
fue de 5.967 pesetas y abarcó tanto la retirada da la balaustrada de madera, como un cambio en el
aspecto externo de la fachada, que quedó con un pórtico central, flanqueado por
ventanas laterales y cuatro pilares, de los que dos separan el pórtico de la
ventanales y las otras están situadas en los extremos, quedando el conjunto rematado en su parte central con un frontón
triangular [10].
La
Virgen de La Piedad del Calvario
A mediados del siglo
XX, concretamente en septiembre de 1949, el Calvario experimentó un profundo
cambio promovido por el maestro nacional y hombre de gran devoción, D. Juan Hernández
Estévez, quien inició una suscripción popular a través de la cual logró
reunir el dinero necesario para adquirir una imagen de La Piedad y entronizarla
en el Calvario.
Juan Hernández Estévez
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Según
la página Facebook de la Hermandad del Santísimo Cristo del Calvario y la
Virgen de la Piedad, la
imagen fue encargada a la casa Bochaga de Barcelona y llegó a
nuestro pueblo quince días antes de la Semana Santa de 1950. Fue bendecida el Martes
Santo de ese mismo año, en la Iglesia de San Francisco del Puerto de la Cruz, y
trasladada en procesión a su capilla en el Calvario, donde desde entonces es
venerada.
La Piedad en su altar en el
Calvario
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Los
años siguientes, siempre contando con la aportación popular, se fue completando
su trono adquiriendo las siguientes piezas, la base de plata en 1952, los
fanales en 1953, la aureola comprada en la casa M. Velasco de Sevilla y
finalmente en 1956, la Cruz de plata adquirida en la Orfebrería Molina de la
ciudad de La Laguna.
La
imagen cuenta con una hermandad, cuyo nombre es Hermandad del Santísimo Cristo
del Calvario y la Virgen de la Piedad, que fue fundada en 1955 y cuya sede radica
en la Capilla del Calvario, situada frente la Iglesia de la Peñita, de la cual
depende administrativamente.La
hermandad agrupa en torno a 150 hermanos divididos en cuatro secciones bien
diferenciadas, a saber, la Sección Penitencial, que viste con el característico
traje de capuchino, con capa, capucha y cíngulo violeta, traje blanco, guantes,
calcetines, zapatos negros y medalla. La Sección de Negro, que procesiona con
traje guantes, calcetines y zapatos negros, con camisa blanca y porta al cuello
una medalla. La sección de niños o aspirantes, que viste de igual modo que la
Sección Penitencial, pero desprovista de capucha y finalmente, también hay una
sección de hermanos protectores, que no participan activamente en los actos de
la hermandad, pero son hermanos y colaboran de manera diferente. La imagen sale
en procesión acompañada de su Hermandad el día del Viernes Santo y el domingo
más próximo al 27 de noviembre, día en que se celebra su fiesta.
Además
de la imagen de La Piedad, el Calvario cuenta con otras dos imágenes, una de
ellas es la de Santa María Magdalena, que procede del siglo XVIII y es
atribuida al imaginero canario Luján Pérez. En realidad, la imagen fue
antiguamente una Dolorosa, pero después de la llegada de la Piedad en 1950, fue
restaurada y reconvertida en una imagen de María Magdalena.
La
otra es una imagen de San Juan Evangelista, de autor anónimo, que ha sufrido
varias restauraciones hasta alcanzar de nuevo su aspecto original. En 2005
salió por vez primera en procesión, junto a la imagen de la Magdalena, ya que
antiguamente no era sacada en procesión. En la foto siguiente pueden verse ambas
imágenes flanqueando a La Piedad.
Aspecto frontal del altar del
Calvario, con la Piedad, flanqueada por María Magdalena y San Juan
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La
primera salida procesional de la hermandad con su hábito procesional acompañando
a la imagen de la Piedad, que fue conocida popular y cariñosamente entre los
vecinos portuenses y muy particularmente por los del Barrio de La Ranilla, como “la Virgen de Juan”, se produjo en 1956.
Procesión de la Virgen de la
Piedad, por la calle de San Felipe, a su salida del Calvario.
Foto de la Hermandad del Calvario
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La
primera restauración de la Piedad se llevó a cabo entre los años 1989 y 1990, y
fue efectuada por Dª Dácil de la Rosa Vilar y D. Juan Carlos Albadalejo y
posteriormente, en 1996, se efectuó una nueva restauración de la imagen de
María Magdalena que fue llevada a cabo por Ezequiel de León.
La Piedad saliendo de la Iglesia de San Francisco. Foto de la Hermandad del Calvario |
La Piedad por la calle Iriarte. Foto de la Hermandad del Calvario |
En
2003 se restauró, por segunda vez, la imagen de San Juan Evangelista, con la
clara intención de hacerlo salir en procesión junto a la imagen de María
Magdalena, lo que tuvo lugar finalmente en la Semana Santa de 2005,
precisamente en el momento en que la Hermandad del Calvario cumplía 50 años, hecho
que fue conmemorado con la celebración de una serie de actividades. Finalmente,
en 2008 se restauró por segunda vez el grupo escultórico de La Piedad, lo que
se llevó a cabo por la empresa Luma Canarias Restauración S. L., restaurándose además la
peana, que fue plateada, juntamente con la cruz y los fanales.
[1]
A. Ruiz Álvarez…
[2] Anales, p. 240.
[3] El Alcalde Real era D. Domingo Nieves
Ravelo, Anales, p. 231.
[4] Anales, p. 249.
[5] La calle de la Oposición corresponde con la
actual Agustín de Bethencourt.
[6] Anales, p. 331.
[7] Anales, p. 288.
[8] Tenerife y sus seis satélites. O. Stone, p. 447-448
[9] Anales, p. 308.
[10] Datos tomados de la página Facebook de la Hermandad
del Santísimo Cristo del Calvario y la Virgen de la Piedad.
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